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Capaces de asesinar por un «Me gusta» en Facebook: así son los capos imberbes de la mafia italiana

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Por una rivalidad amorosa y un guiño a la chica equivocada, un joven de 16 años, hijo de un boss, mata a su amigo coetáneo

Italia 03 de junio del 2017 (ABC) La realidad supera a la ficción en el mundo de la mafia. Lo demuestran algunos episodios ocurridos en los últimos días, con menores convertidos ya a muy temprana edad en jefes mafiosos –los llamados baby boss– y con una ferocidad salvaje. El protagonista del último caso es Alex Pititto, de 15 años, capaz de asesinar a un amigo «culpable» de hacer clic en «me gusta» en Facebook y por haber escrito un breve comentario bajo la foto de una joven en su perfil de esa red social. Pititto, cegado por una rivalidad en amor, lo consideró como una grosería que había que lavar con sangre.

Se dieron cita en un lugar aislado, en un olivar lejos de ojos indiscretos. Tras una animada discusión, Alex disparó tres veces sobre Francesco PrestiaNo importaba que el «me gusta» hubiera partido de su mejor amigo y coetáneo, Francesco Prestia. La trágica historia fue contada a los carabineros por un joven de 19 años ligado a los dos adolescentes de Mileto, pueblo de 6.700 habitantes en la provincia de Vibo Valentia, en Calabria, al sur de Italia, donde la ‘ndrangheta, la mafia calabresa, cada día es más poderosa. Alex pensó que era necesario aclarar de una vez por todas su aparente rivalidad por la misma chica. Se dieron cita en un lugar aislado, en un olivar lejos de ojos indiscretos. Tras una animada discusión, Alex disparó tres veces sobre Francesco, un joven con físico de atleta, capital del equipo juvenil de fútbol de Mileto. Después se dirigió al cuartel de los carabineros para confesar el homicidio. Alex Pititto lleva a sus espaldas un apellido incómodo: varios familiares, entre ellos sus padres y un hermano fueron detenidos en el mes de enero pasado, acusados de tráfico de cocaína con Sudamérica.

Doble homicidio a los 15 años

Desgraciadamente, el protagonismo de adolescentes en la criminalidad se ha convertido en algo habitual en las regiones mafiosas italianas. Hace solo una semana, otro adolescente, A. D., de 16 años, padre de un niño de dos meses, fue detenido por asesinar recientemente, cuando solo tenía 15 años, a Alessandro Laperuta y Mohamed Nuvo, en un apartamento de Melito de Nápoles, porque, según él, no actuaban con la estrategia de su grupo de camorra. Quiso «dar un ejemplo y un escarmiento» para que otros afiliados al clan Amato-Pagano aprendieran a no ser demasiado autónomos. Los padres de A. D. están en la cárcel. Al igual que él, muchos adolescentes crecen rápidamente en Nápoles, convirtiéndose en «adultos» en poco tiempo, heredando la crueldad de sus mayores.A la izquierda, con la bandera de España tatuada en el antebrazo, D. A., otro de los baby-boss que han protagonizado sucesos trágicos

La camorra tiene sus rígidas reglas, que se fundan en la violencia, las amenazas y en la omertà (ley del silencio), un código que muy pronto aprendió A. D., mientras se paseaba en Ferrari y hacía ostentación de otros lujos, entre rolex y champán Dom Perignon. El joven amaba colocar fotos de sus extravagancias en Facebook, alardeando de sus coches deportivos o descorchando champán en la playa, en una de cuyas fotografías aparece con un tatuaje de una bandera española en el brazo, seguramente un recuerdo de la relación de su clan con afiliados que han actuado también en España.

Menores dispuestos a morir y a asesina

No son casos aislados. Son muy frecuentes los niños, crecidos demasiado deprisa, ligados a organizaciones criminales, desde Sicilia (la Cosa Nostra), pasando por Calabria (‘ndrangheta), Apulia (Sacra corona unita) y llegando hasta la Campania (camorra). Violentos clanes de menores se disputan el territorio, especialmente en Nápoles. En Sicilia los clanes encomiendan misiones a niños incluso de diez años, fundamentalmente para el tráfico de droga.

Su actividad se realiza barrios periféricos y pobres, en los que se percibe la ausencia del Estado, es decir, un «vacío institucional»Un extenso informe de la asociación antimafia «DaSud» ofrece datos de este fenómeno todavía poco conocido. Se trata de un viaje por los barrios periféricos y pobres, en los que se percibe la ausencia del Estado, es decir, un «vacío institucional, social y cultural». Allí todo un ejército de adolescentes «crecido a la sombra de los clanes y de perversos maestros, está dispuesto a morir y a asesinar». Continuamente aparecen en los medios historias dramáticas de algunos de estos jóvenes. Como Emanuele, boss de camorra, líder indiscutible de un clan, que murió a los 19 años en una calle de Nápoles tras un enfrentamiento a tiros con una banda rival. Detrás de este ejército de adolescentes se repiten siempre las mismas historias: Tráfico de drogas, intimidaciones, detención por armas, violencias…

En los últimos años, los jóvenes relacionados con criminalidad organizada es una realidad también en algunos barrios degradados de Roma, en particular en Tor Bella Monica. Los adolescentes abandonan muy pronto la escuela y son enrolados en actividades criminales, sobre todo relacionadas con el tráfico de droga. En la ciudad eterna, como en los citados territorios de tradición mafiosa, se dan casos de asesinatos de delincuentes muy jóvenes. El informe de la asociación «DaSud» muestra que la actividad de los clanes de la camorra napolitana, los más sanguinarios y peligrosos, está haciendo escuela.