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Jue, Abr

El día que Zidane decidió irse del Real Madrid

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Fue el 24 de enero pasado, tras caer 1-2 en Copa ante el Leganés y ser eliminado de manera sorprendenteEs miércoles por la mañana, y Florentino recibe una llamada de Zidane. El entrenador le solicita una reunión junto a José Ángel Sánchez. Sería después de comer, en la sede de ACS, situada en Chamartín, en la zona norte de Madrid. Ambos dirigentes esperaban una tarde larga con la lista de altas y bajas como principal tema de debate. Se equivocaron: «Me voy. Hay un desgaste.

Acapulco Gro., 01 de junio del 2018(ABC).-Es lo mejor para todos, para el equipo, para el club y para mí». Así le anunció Zidane a sus dos superiores que se iba del Real Madrid. Las 22 horas restantes, hasta la rueda de prensa de ayer, fueron un intento del presidente por hacerle cambiar de opinión, pero sabía que no tenía nada que hacer: «Nada me hubiera hecho cambiar de opinión. Lo medité mucho y una vez tomada la decisión, ya no había marcha atrás».

El pobre campeonato de Liga, sin opciones desde octubre, puso la primera la piedra del adiós de Zidane al Real Madrid. Si hay un título que el técnico francés venere, ese es el de la Liga de la pasada temporada: «Es mi mejor recuerdo de estos dos años y medios, junto al día que vino Florentino a pedirme que fuera el entrenador», confesó.

A finales de enero, el batacazo en Copa ante el Leganés, tras haber ganado el partido de ida en Butarque (0-1), terminó de edificar una dimisión que guardo en caja fuerte durante cuatro meses. Le comunicó la decisión a su mujer, y solo había un asterisco. Que el Madrid también perdiera la Champions este año de manera sonrojante. Fue justo todo lo contrario. A las 22.35 horas del sábado pasado Zidane celebraba la tercera Copa de Europa consecutiva del Real Madrid, y lo hacia con el viernes en su cabeza. No quería fastidiar la celebración de la Decimotercera ni protagonizar un llanto ridículo e inoportuno como el que realizaron Cristiano y Bale. La elegancia y el saber estar de Zidane está a años luz de portugués y galés, pero tenía claro que iba a consumar su salida del club blanco antes de que la semana lectiva llegara a su fin. No tenía sentido alargar más una decisión irrevocable.

 

Tanto que hasta el propio Zidane confesó que sus palabras de estos últimos meses no fueron del todo ciertas, como aquellas que pronunció en febrero asegurando que iba a pelear a muerte por seguir en el Real Madrid: «Cuando dije eso no lo pensaba. En mi cabeza ya tenía otra cosa».

Siempre mirando por el bien del club, se levantó del golpe ante el Leganés y convenció a su plantilla que aún estaban a tiempo de hacer historia y de acabar la temporada a lo grande ganando otra Champions. Lo logró, pero con un daño colateral que solo el futuro dirá si es irreparable.

Un futuro en el caso de Zidane alejado de los banquillos. El técnico francés le ha prometido a Florentino que no va a entrenar a ningún club la próxima temporada, pero hay una ventana abierta al otro gran sueño del marsellés: dirigir a la selección de Francia. Deschamps tiene contrato hasta 2020, pero un mal Mundial podría precipitar su salida y, ahí, en ese escenario, Zidane sería el candidato número uno al banquillo de Francia.