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Sáb, Abr

Corea del Norte anuncia que puede cargar una bomba termonuclear en sus misiles intercontinentales

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Acapulco Gro., 02 de septiembre del 2017 (ABC) El joven dictador Kim Jong-un inspecciona lo que parece ser una bomba de hidrógeno, más potente que un arma atómica, pero es imposible saber si es de verdad o un montaje

Tras lanzar el pasado martes un misil que sobrevoló Japón, Corea del Norte ha anunciado este domingo (durante la madrugada en España) que dispone de una bomba termonuclear que puede cargar en uno de sus proyectiles intercontinentales, que ya probó en julio y en teoría son capaces de llegar a Estados Unidos.

La agencia estatal de noticias norcoreana, KCNA, ha difundido imágenes del joven dictador Kim Jong-un visitando un instituto de armas nucleares e inspeccionando lo que parece ser una bomba de hidrógeno, como la que detonó con éxito en enero del año pasado. A tenor de la KCNA, se trata de «un arma termonuclear multifuncional con gran poder destructivo que puede ser detonada incluso a grandes altitudes». Según su despacho, Kim Jong-un vio que esta bomba H, más potente que un artefacto nuclear, «está lista para ser montada en un misil intercontinental». Debido al hermetismo del régimen, es imposible confirmar esta información ni saber con seguridad si dicha bomba termonuclear que Pyongyang asegura tener es de verdad o solo un montaje de la propaganda. De todas maneras, los expertos creen que Corea del Norte ha hecho grandes progresos en su programa nuclear y de misiles a pesar de las sanciones internacionales.

El año pasado, el régimen estalinista de Pyongyang llevó a cabo dos ensayos nucleares, uno con una supuesta bomba H, y aseguró que podía miniaturizar sus artefactos nucleares en las cabezas de sus misiles. Cierto o no, su última prueba atómica, que tuvo lugar en septiembre del año pasado, fue la más potente hasta la fecha y provocó un terremoto artificial de magnitud 5 cerca del silo nuclear de Punggye-ri. Tras este último anuncio, todo apunta a que Corea del Norte llevará pronto a cabo otro ensayo nuclear, que sería ya el sexto desde 2006.

El régimen de Kim Jong-un sigue así con su particular guerra de palabras contra Estados Unidos, que ha intensificado desde que su nuevo presidente, Donald Trump, subió al poder a principios de este año y aseguró que se había acabado la «paciencia estratégica» que practicaba Obama. Durante los últimos meses, la tensión se ha recrudecido entre ambos países debido a las constantes pruebas de misiles de Corea del Norte, que amenazó el mes pasado con disparar varios misiles a la isla estadounidense de Guam, donde el Pentágono tiene una de sus principales bases militares en el Pacífico.

Además de probar en julio dos proyectiles intercontinentales, que podrían golpear algunas partes de EE.UU., Pyongyang ha señalado que su último misil sobre Japón es solo «el primer paso de una operación militar en el Océano Pacífico», lo que hace temer más pruebas balísticas que vuelvan a elevar la tensión.

Kim Jong-un sigue así blindándose en el poder para forzar de nuevo las negociaciones con la Casa Blanca y disuadir de un cambio de régimen al presidente Trump, quien ha endurecido la presión de las sanciones internacionales e insiste en que baraja todas la opciones, incluida la militar, para frenar el desafío de Corea del Norte.