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Jue, Abr

El escritor Michael Wolff, en su entrevista con ABC desde un balcón del hotel Ritz

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ENTREVISTA...Wolff: «Trump se apaga cuando no es el centro de atención; es el presidente más vago que he conocido»

El autor de «Fuego y furia» habla del primer año de Trump y se defiende en entrevista con ABC de quienes le han acusado de «exagerar» la realidad de la Casa Blanca

Como un mueble más, Michael Wolff (Paterson, 1953) dice haber pasado siete meses en la Casa Blanca escuchando los comentarios que el equipo de confianza de Donald Trump hacía de él. «Todos los que están al lado del presidente, sus consejeros y asesores más cercanos, lo llaman inmoral, idiota y dañino. No ha existido nunca algo así en la política estadounidense», dice el autor de «Fuego y furia» en una entrevista con ABC desde su suite del hotel Ritz. Wolff, que cuando le cuestionan por sus posibles mentiras y exageraciones responde que no es un periodista político convencional sino un escritor, ha escrito «el libro que Trump no quiere que leas», según lo describe la editorial de la edición española. Exagerado o no, lo cierto es que Wolff se ha hecho de oro y ha eclipsado durante unos días al propio Trump desde que el equipo de abogados del presidente tratara de impedir su venta. Pese al tono de las críticas recogidas en «Fuego y furia», Trump parece muy a gusto en el despacho oval mientras todo arde a su alrededor. De momento, la única víctima política de «Fuego y fueria» es el ideólogo derechista y ex estratega jefe de la Casa Blanca Steve Bannon, que ha pasado de «manejar los hilos de la revolución Trump» a ser insultado por el presidente -«El descuidado Steve»- y forzado a renunciar como presidente de la web Breitbart News, gran portavoz mediático del «Trumpismo».

Sus críticos consideran que más que periodismo lo que ha hecho ha sido reunir todos los cotilleos sobre Trump y su gobierno en un best-sellerHay muchas formas de contar la historia. Hasta ahora, la presidencia de Trump estaba siendo contada por la prensa de Washington, gente que se ve muy cerca de él y cuenta el día a día. No son cotilleos. De hecho la historia no recoge lo que se cuenta cada día, sino que me tomo un periodo de tiempo para ir más allá. Seguro que hay otras maneras de contar la historia, la prensa de Washington lo hace bien pero de una forma limitada. No soy un reportero político, he sido muy cuidadoso en mi relación con la gente de la Casa Blanca y he buscado no asociarme con la prensa. Estuve en la Casa Blanca durante meses y nunca planteé preguntas, solo miraba y escuchaba. Mi historia rechaza todo lo que sean cotilleos. Estoy interesado en las sensaciones, en el olor, en la forma de contar debidamente lo que pasaba. Mi objetivo es ser testigo de un experimento que no aparece en los periódicos. Los lectores pueden sentirse que están tan cerca de Trump como yo lo estuve.

¿Qué primicia destacaría de su libro?

Pienso que el mensaje central que deja esto es que fui testigo del cambio de actitud entre todos los miembros del equipo alrededor del presidente. Todos venían de una cultura tradicional que consistía en pensar sobre en un hombre que empieza a trabajar en la Casa Blanca como presidente; esta expectativa viró hacia la confusión, descreencia y desilusión al ver que este hombre no está preparado para hacer este trabajo. Todos los que están al lado del presidente, sus consejeros y asesores más cercanos, lo llaman inmoral, idiota y dañino. No ha existido nunca algo así en la política estadounidense. Los asesores lo ven como un hombre incapaz para hacer su trabajo como presidente. La reacción de la gente que lo rodea y que lo llama estúpido cambia el debate político.

¿Llamarlo idiota no es subestimar a una persona como Donald Trump con todo lo que ha conseguido en tan poco tiempo? ¿No está despreciando a sus votantes?

A mucha gente le resulta increíble que haya sido elegido y no encuentra la respuesta. A causa de este libro la imagen de Trump pasa de posible nueva figura política a «ese tío es un estúpido». Esto pasa también entre los simpatizantes y fans de Trump que entienden que su estupidez supera a la imagen de persona mágica y virtuosa. Es un estúpido.

Steve Bannon parece ser la principal víctima del éxito de su libro. Ha pasado de tener una imagen de «gran manipulador» en la sombra a ser apartado de la Casa Blanca en menos de un año.

Sí, a Bannon le hubiera gustado ser el gran manipulador. Planeaba que Trump fuera la cara visible y el hombre carismático que representara las ideas de Bannon. Era su principal estrategia, pero al final le ha generado una profunda desilusión. Trump es tan estúpido, narcisista y egocéntrico que no puede seguir los planes de otra persona. Es todo Trump, Trump y Trump. No va a ser manipulado y no va a ser capaz de agarrar las ideas de otro, porque solo existe él y nada más. No le interesan las ideas ni las estrategias, solo en lo que le da placer y satisfacción en cada momento.

Sin Bannon, ¿tiene alguna otra influencia detrás?

Creo que no hay realmente nadie que sea muy influyente en Trump. Otros políticos representan a la gente, ideas, buenas o malas; otros representan su propia carrera, muchos han estado en política toda su vida. Trump solo se representa a él mismo. Bannon trataba de utilizar su extraño carisma que llama a la gente que está desengañada con la política. Trump no tiene ideas, solo se escucha a sí mismo. La principal frustración para muchos de los que rodean es que no escucha a nadie. Cuando hablas con Trump te das cuenta siempre de que no te está escuchando.

Pero Trump parece de primeras un animal político por todo lo que ha conseguido en tan poco tiempo.

Teóricamente tiene un gran atractivo entre la gente. Una de las razones de su existencia es que a lo largo de las últimas generaciones mucha gente se ha desilusionado con los políticos y la política. En la figura de Trump tienen la posibilidad de votar por lo contrario, es alguien que no tiene talento político ni intereses. Literalmente, representa lo contrario a todos los estándares políticos. Es un gran experimento. «No nos gusta eso, elegiremos lo contrario, y eso es Trump». Creo que después de este año, muchos se han dado cuentade que Trump ha sido un experimento fallido.

A usted le han acusado de mentiroso.

Creo que eso no es verdad. Bannon lo ha reconocido finalmente. No sé a qué se refiere exactamente.

¿Mintió para estar en la Casa Blanca? ¿Ha sido deshonesto?

No sé qué significa eso. Soy un escritor y mi trabajo es conseguir una historia. Esta vez era con el presidente: tienes que hacer lo posible para conseguir la historia más poderosa posible. No dije mentiras, pedí permiso para hacer lo que hice. Nadie me preguntó nada. Esto es parte porque es un libro. No quería resultar amenazante, se me da bien escuchar. Yo hubiera sido perfectamente feliz escribiendo otro tipo de libro, sobre que Trump es una nueva figura política y puede ser un presidente exitoso. Hubiera sido un buen libro para escribir. Pero no era verdad, Trump solo es un ignorante. Cuando escribes un libro no esperas ser super racional, solo contar bien una historia. Este tío es solo él y no hay nada más. No trates de buscar una gran historia sobre el sistema de salud, Corea del Norte y una gran explicación sobre por qué hace esto o lo otro. Trump es como un niño.

¿El propio Trump le dio su beneplácito para entrar en la Casa Blanca y escribir sobre él?

Sí, el presidente me dio permiso personalmente. En el periodo de transición le dije quería ser un observador en la Casa Blanca. Entonces, él pensó que lo que quería era un trabajo ahí porque, seguramente, no tenga ni idea de lo que hace realmente la gente que está en la Casa Blanca. Le dije que no que estaba escribiendo un libro. Y aunque no pareció interesarle completamente nada, me dijo que adelante. Así que ya tenía el pasaporte de entrar en la Casa Blanca. Le dije a todos que tenía la aprobación del presidente. Y él nunca lo negó: «Ah sí, Michael Wolff, sí, sí sí», decía. Día tras día la gente me hablaba. Te conviertes en un mueble más y no preguntas por qué se hace esto o lo otro.

 

Hillary Clinton lee un fragmento del libro «Fuego y furia» durante la entrega de los Grammy

Usted sostiene que Trump no es capaz de leer nada. ¿Cree que ha leído su libro? No, no ha leído mi libro, se lo garantizo. Solo sé que sus abogados me escribieron cartas para no publicarlo.

¿Le debe su éxito y riqueza a Trump?

No tengo ni idea. La pregunta es por qué este libro ha tenido tanto éxito, se han vendido tantas copias y ha llegado a convertirse en un fenómeno en sí mismo. No tengo la respuesta. Es la historia del momento. Me ayudó la decisión de Trump y su equpo de intentar parar la publicación y amenazarme con una demanda por difamación e invasión de su privacidad. Es el paradigma de Trump: lograr el efecto opuesto a lo que se proponía con su intento de bloquear la publicación del libro y que luego millones de personas lo hayan leído. La gente ha ido a por este libro porque tenía muchas ganas de comprender mejor lo que está pasando en la Casa Blanca; entender bien aquello que sale cada día en las noticias. Cuando recoges todos los detalles y los juntas para crear la historia todo empieza a encajar. Es entonces cuando el libro cobra sentido.

Trump ha aprendido muy bien las lecciones de la telerrealidad. Todo funciona si hay un conflicto constante

¿Trump ha logrado que estemos atentos a sus excentricidades y escándalos en lugar de sus fracasos?

Lo que ha aprendido Trump que repite cada día es la lección de la telerrealidad, que funciona si hay un conflicto constante, es lo que debes hacer en la televisión. Crear conflicto, conflicto, conflicto, conflicto, iguala la atención sobre lo bueno y lo malo según considera Trump. Eso es lo que ha aprendido a hacer.

La gran transformación económica de los años ochenta con Reagan no recibió quizá toda la atención mediática que merecía; la prensa parecía centrarse más en él que en lo que estaba haciendo. ¿Está sucediendo algo parecido ahora mismo con Trump y los medios progresistas?

En los ochenta, los medios tenían claro que se estaba haciendo más dinero del que se había conseguido antes. Los hombres de negocios pasaron de ser impopulares a ser tremendamente populares. No se perdió nada de esto. Fue una extraordinaria historia. ¿Que los republicanos dicen que ahora hay un resurgir económico? No sé. Sí tengo claro que aún viviendo un gran momento económico, lejos de aprovecharlo, Trump es el presidente menos valorado que se recuerda.

¿Es Trump de extrema derecha? ¿Es peligroso?

No, no es nada. No tiene ideología. Es «por favor, ahora estoy yo». ¿Es peligroso que el presidente de EE.UU. no sepa nada sobre las decisiones más básicas? Suena alarmante. No está en una posición de impulsar legislaciones que genere verdaderos cambios, le da igual, no sabe y no lo va a hacer. Tampoco va a ir a la guerra tras tomar una decisión meditada o por unos objetivos como pudo tener Bush. No le interesa; solo hacer sus presentaciones y dejar la sala.

¿Cómo puede mantener Trump, a sus 71 años, tanta energía en todo lo que hace? ¿Toma algún tipo de droga para estar así?

Trump no es tan enérgico. Es un hombre realmente vago, no le gusta trabajar, trabaja menos que cualquier otro presidente en mucho tiempo. Lo que le da energía es la atención. Si hay una multitud frente a él puede hablar sin parar para siempre. En la Casa Blanca es feliz si la gente viene a hacerle la pelota, él se la hace a ellos y se hace fotos. Es un showman, un actor. Cuando no es el centro de atención, Trump se apaga.

¿Puede decirme algo bueno de Trump?

He pasado 3 horas con él a solas durante el periodo de transición en la Casa Blanca. Uno de sus puntos buenos es que es un buen vendedor, piensa que puede venderte algo, lo tiene perfeccionado, si quiere venderte una mierda te la va a vender sin tenerte en cuenta. Pero ser un buen vendedor no creo que sea una cualidad para ser presidente.