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Jue, Abr

Rusia expulsa a 60 diplomáticos estadounidenses y prepara más represalias contra la Unión Europea

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El Gobierno de Putin anuncia que la misma medida se aplicará a todos los países occidentales que haya echado a diplomáticos rusos

Acapulco Gro., 29 de marzo del 2018(ABC).- En la crisis provocada por el envenenamiento del exagente Serguéi Skripal y tras la expulsión masiva de diplomáticos rusos por EE.UU. y aliados, el embajador estadounidense en Moscú, Jon M. Huntsman, recibió este jueves del viceministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, la comunicación de que 58 diplomáticos norteamericanos de la embajada y dos del consulado han sido declarados «persona non grata». Se les acusa de «realizar actividades incompatibles con el estatus diplomático», fórmula que se emplea cuando se les acusa de espionaje. Todos ellos deberán abandonar Rusia antes del 5 de abril. Estados Unidos deberá además cerrar su consulado en San Petersburgo, que deberá quedar desalojado de aquí a este sábado.

En la «nota de protesta» entregada a Huntsman por Riabkov se califica de «indignantes e injustificadas» la expulsiones por parte de Washington de 60 diplomáticos rusos el pasado lunes y se deplora que además las autoridades estadounidenses decidieran cerrar el consulado ruso en Seattle. En el comunicado se recuerda también la incautación de edificios diplomáticos rusos en Estados Unidos.

Embargos en EE.UU.

Así mismo, Riabkov pidió explicaciones sobre las declaraciones de algunos responsables de la Casa Blanca sobre la posibilidad de embargar todos los activos del Estado ruso en EEUU. Finalmente, el viceministro ruso advirtió a Huntsman que, si Washington toma nuevas medidas contra Rusia, encontrará igualmente una respuesta adecuada por parte de Moscú.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, manifestó este jueves que la misma medida adoptada en relación con Estados Unidos se aplicará a todos los países occidentales que han expulsado diplomáticos rusos. España declaró «persona non grata» a dos miembros de la legación diplomática rusa. En su conjunto, todos los países occidentales acordaron esta semana echar de sus territorios a más de 140 diplomáticos rusos en solidaridad con Londres por el envenenamiento del exagente Serguéi Skripal y su hija.

Lavrov puntualizó este jueves que las contramedidas «serán no sólo recíprocas», dando a entender que podrían ser más severas que las que están afectando a Rusia. El jefe de la diplomacia rusa critica que Estados Unidos y el Reino Unido «estén forzando a todo el mundo a llevar una política antirrusa». El martes, Lavrov acusó a Washington de ejercer una «presión colosal» sobre sus aliados, la UE en primer lugar, y de utilizar el «chantaje» para obligarlos a secundar medidas contra Rusia que en realidad, a su juicio no desean. «Cuando nos piden que saquemos de sus países a uno o dos de nuestros diplomáticos, mientras al oído nos susurran disculpas, sabemos sin lugar a dudas que estamos ante una presión colosal, un chantaje colosal, que hoy día lamentablemente es el principal instrumento que utiliza Washington en la escena internacional», lamentó el ministro de Exteriores ruso.

Cierre del British Council

El pasado 17 de marzo, Rusia anunció la expulsión de 23 diplomáticos británicos. El mismo número de miembros de la embajada rusa en Londres que tuvieron que abandonar el Reino Unido por el caso Skripal. Pero Moscú añadió a las contramedidas el cierre del consulado de Gran Bretaña en San Petersburgo y el centro de lengua y cultura British Council.

Este agravamiento de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos y Occidente en su conjunto coincide con el aparente rechazo del consulado americano a conceder visados a los miembros de la selección de lucha libre de Rusia a una semana del inicio de la Copa del Mundo en Iowa City.

En julio del año pasado, Rusia expulsó a más de 700 diplomáticos norteamericanos en los que llamó un «reajuste» para igualar en número de funcionarios de las respectivas representaciones diplomáticas de ambos países. Una de las medidas de respuesta de Washington fue cerrar poco después el consulado ruso en San Francisco.