No cabe duda de que, la política no es oficio de todos, pero muchos no lo entienden, como el caso del empresario de la educación privada, Humberto Parra, que por más que busca una candidatura no gana un solo proceso electoral. Lleva años brincando como chapulín de partido a partido y es que puede ser exitoso en el ramo de la educación privada, pero no así en la política. Amén de los grandes caciques que se han apropiado de los partidos grandes en donde a decir de la militancia, venden las candidaturas al mejor postor.
El hombre alto, de piel blanca y ojos saltones, en su aventura ahora con el Partido del Trabajo(PT) también llamado por muchos como “parásito”, por aquello que vive de las alianzas, intenta competir con los viejos coyotes de la política al buscar la candidatura a una diputación local en el distrito 03 local. Este caso me hizo recordar a otro político que primero fue empresario y luego entró a la competencia electoral en varias ocasiones de apellido Mojica, pero le fue muy mal. Posteriormente lanzó a la mujer, pero tampoco le fue bien, ya que no votaron por ellos ni su familia. El caso de Humberto Parra es curioso porque una de dos, o de plano no sabe como se mueven las piezas de los partidos o de plano lo han chamaqueado. Hay algunos expertos en el tema, que aseguran que lo único que han hecho con ese pobre hombre es sacarle dinero con la promesa de hacerlo candidato, aunque no gane ni en su cuadra. Solo como dato, el 17 de agosto del 2017, en un periódico local, se leía lo siguiente: El excandidato a presidente municipal de Acapulco en la pasada elección, Humberto Parra Pérez, informó de su renuncia a su militancia al Partido Nueva Alianza (Panal), argumentando motivos personales. Otro dato del mismo personaje fue el primero de abril del 2015 cuando se leía en el mismo medio impreso que el ex perredista Humberto Parra abandonaba el Partido de la Revolución Democrática(PRD) porque las “tribus tienen secuestrado al partido”, y han hecho que pierda su ideología. Ahora llegó al PT en busca de la candidatura, mañana no sabemos a dónde se brinque o de planos ya se aleje de la política, porque al parecer no es para él.