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Vie, Abr
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Nace la «cell wide web», o cómo nuestras células también utilizan Internet

Ciencia y tecnología
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Descubren la existencia de una red interna de comunicaciones que transmite información de una parte a otra de las células

La imagen que acompaña estas líneas no es un simple montaje fotográfico. Y las líneas de colores que adornan cada una de las «piezas» que hay en la foto no son fruto de la imaginación de un artista. Muy al contrario, lo que puede verse en la imagen es muy real. Se trata de células vivas, y los extraños filamentos que las atraviesan de un lado a otro están ahí todo el tiempo. Solo que hasta ahora, y sin los modernos «trucos» de la microscopía de alta resolución, nadie había podido detectarlos.

Lo que estamos viendo, por primera vez, es un complejo sistema de comunicación intracelular, una delicada red de «cables» de apenas unos nanómetros de ancho, a lo largo de los cuales una serie de moléculas de calcio cargadas eléctricamente se encargan de transmitir información en el interior de cada célula, de una parte a otra. Hasta hace bien poco, los biólogos ni siquiera sospechanban que algo así pudiera existir.

La foto forma parte de un estudio recién publicado en Nature Communications por un equipo de investigadores de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, y promete revolucionar gran parte de lo que sabemos, o creíamos saber, sobre las comunicaciones intracelulares. Desde luego, no resulta extraño que lo hayan bautizado como «cell wide web».

Gracias a esa red de comunicaciones, las varias secciones internas de cada célula, como por ejemplo los núcleos o las mitocondrias, pueden comunicarse entre sí, y también regular la acción de los genes responsables de las más variadas funciones.

«Hemos descubierto -explica Mark Evans, que ha liderado la investigación- que la función celular está coordinada por una red de nanotubos, similar a los nanotubos de carbono que hay en los procesadores de una computadora».

Sin embargo, una vez más la naturaleza ha superado nuestras capacidades tecnológicas. Porque ese «Internet celular» recién descubierto tiene la sorprendente capacidad de reconfigurarse de forma instantánea, «para entregar diferentes salidas según cuál sea el tipo de información recibida y transmitida por el núcleo. Y eso -afirma Evans- es algo que ningún microprocesador o placa de circuito hechos por el hombre es capaz de lograr todavía».