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Sáb, Abr
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La ciencia que esconden las olas de surf

Ciencia y tecnología
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Las olas son ondas mecánicas producidas por una perturbación en la presión, lo cual provoca un movimiento circular de las partículas de agua a su paso

Nazaré, una villa marinera de la región Centro de Portugal, saltó a los medios de comunicación en noviembre del año 2011 cuando el hawaiano Garret McNamara consiguió el récord mundial al surfear la ola más grande registrada.

Este pueblo lusitano es una de las capitales del surf por la ingente cantidad de olas gigantes que aparecen en sus playas. La explicación hay que buscarla en una fábrica submarina: el Cañón de Nazaré. Con una profundidad de unos cinco kilómetros y una extensión de más de doscientos kilómetros es el mayor desfiladero submarino de Europa.Este cañón tiene además otra singularidad geológica, su forma de embudo. En su comienzo, en la parte oceánica, es ancho –unos veinte kilómetros- y en menos de cien metros termina en la parte más estrecha, lo cual provoca un efecto amplificador.

 Esta peculiaridad hace que en la Praia do Norte aparezcan olas de más de treinta metros de altura, ideales para los amantes del surf más extremo.

 Ondas capilares y gravitatorias

Desde un punto de vista físico, las olas del mar son ondas mecánicas que se propagan en la interfaz entre dos medios naturales, el mar y la atmósfera. Se producen como consecuencia de las variaciones de presión al pasar el aire sobre las crestas y los valles de las pequeñas irregularidades que tiene la superficie del mar. 

La acción de la energía eólica, al rozar la superficie marina, da lugar a dos tipos de ondas: capilares (cuando el efecto es suave) y gravitatorias (cuando la fricción es más intensa).

Por otra parte, hay que tener en cuenta que en la formación de una ola existen dos movimientos, la oscilación circular de la misma y la propagación de dichas ondas hacia delante. 

La escala de Douglas 

En el año 1917 el vicealmirante inglés Henry P Douglas, por aquel entonces director del Servicio de Meteorología de la Armada Británica, creó una escala para clasificar los diferentes estados del mar en diez grados, tomando como referencia el tamaño de las olas.

Desde entonces, la escala de Douglas no ha dejado de utilizarse y de ella surgen conceptos que estamos acostumbrados a oír en los partes meteorológicos como son mar rizada, marejada, gruesa o arbolada. 

Olas Mavericks 

La altura de las olas es la distancia entre la cresta y el valle de la misma, y depende de varios factores: velocidad del viento, su persistencia, estabilidad de su dirección, profundidad del agua y el tamaño de su superficie.

A medida que las olas se acercan a la costa ganan en altura, hasta llegar a un punto en donde la profundidad es insuficiente y el empuje hacia arriba es tan grande que la ola se desestabiliza y se rompe.

Una de las olas preferidas por los surfistas, por su tamaño, son las conocidas como Mavericks, la mayor ola californiana. Su altura oscila entre los dos y los quince metros y tiene un recorrido, por término medio, de trescientos metros. Para poder disfrutarlas debemos desplazarnos hasta Half Moon Bay, al norte de San Francisco.

Las olas fueron bautizadas con el nombre del perro de unos surfistas que se acercaron por allí en la década de los sesenta, cuando esta playa todavía no había alcanzado la popularidad actual.

Para finalizar nos quedamos con una frase del surfista McNamara: “cuando alguien quiere ser el huésped de la ola, el agua construye las normas y hay que adaptarse o te echará de una manera poderosa y peligrosa”.

 

Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y autor de varios libros de divulgación.