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Epicentro / Terminando el proceso electoral 2021, rendirán cuentas 81 alcaldes y el gobernador de Guerrero

Opinión
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Acapulco Gro., 18 de abril del 2021(Noticias Acapulco al Desnudo.com) A un mes y días que termine el proceso electoral del 2021, muchos se preguntan si la auditoría superior del estado y  de la federación, llamará a cuentas a los 81 alcaldes incluyendo al gobernador de Guerrero, sobre el uso de los recursos públicos, porque siempre se dice que serán llamados a cuentas y esto solo parece una amenaza más que un acto de rendición de cuentas.

Y es que no es para menos, en redes sociales y algunos medios de comunicación se leen señalamientos de alcaldes que desviaron recursos públicos durante su administración y otros no pueden cuadrar sus cuentas públicas. 

 

Sin embargo cada proceso electoral es la misma canción, nunca los llaman a cuentas y menos los sancionan por el mal manejo de los recursos que provienen de los impuestos del pueblo. Existe una simulación de algunos que afirman que han entregado su informe que por supuesto nadie conoce solo ellos. 

 

En tiempos electorales salen a relucir que cierto alcalde o gobernante hizo mal manejo de los recursos públicos, como una forma de desprestigiarlos. En la realidad no autoridad capaz de llamarlos a cuentas y revisar sus cuentas de cómo se gastaron el presupuesto y si las “obras”, ejecutadas corresponden a los montos que dice se invirtió. 

 

Termina una administración y algunos alcaldes son señalados en redes sociales como unos “mañosos”, es decir la población sabe que no hicieron bien su trabajo y que no usaron adecuadamente el presupuesto asignado durante sus años de gobierno.

 

Esto es aplicable al gobierno del estado que como todo gobernante está obligado a transparentar el manejo de los recursos públicos. Esto debería también ser incluido el DIF porque manejan un presupuesto bastante alto como para “no ser auditable”. 

 

Ningún gobierno o secretario de alguna dependencia debe ocultar en qué se gastaron el presupuesto y sobre todo la revisión de la llamada obra pública que en muchas ocasiones “no es licitada de manera correcta”, sino que se asigna de manera directa amigos y compadres del gobernante en turno.

 

No se trata que cada seis o tres años tengamos que cambiar de gobernantes, no. Se trata de que cada gobierno del nivel que sea, rinda cuentas a la sociedad y mediante auditorías se sepa en qué se gastaron el presupuestos de egresos. 

 

En dónde quedaron los fondo de inversión y también qué clase de obras se hicieron durante la administración y si esas obras corresponden realmente al monto de lo pagado por el gobierno a las empresas constructoras.