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Mié, Abr

María Martinón: «La tecnología ha hecho que el ser humano se acabe aislando»

Ciencia y tecnología
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La directora del CENIEH charla sobre el origen de nuestra especie y los derroteros que está tomando la evolución en la actualidad

En las palabras de María Martinón-Torres (Orense, 1974) se deja ver con total claridad la enorme pasión que siente por el estudio del ser humano. Por conocer cada vez mejor los origenes de esa especie que, después de una evolución que se fue cocinando a lo largo de millones de años, ha pasado de adaptarse al mundo a adaptar el mundo a sus necesidades, como ella misma reconoce.

Graduada en Medicina por la Universidad de Santiago de Compostela, su carrera profesional ha girado en torno al yacimiento de Atapuerca, en cuyo equipo de investigación lleva trabajando como paleoantropóloga desde hace ya más de 20 años. Una labor que ahora compatibiliza con sus obligaciones como directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), cargo al que accedió en diciembre de 2017.


La paleoantropóloga, que dirigió la semana pasada el curso avanzado de la UIMP «Evolución humana. Claves del pasado para comprender el presente», charla con ABC sobre el origen de nuestra especie y los derroteros que está tomando la evolución en la actualidad.

¿Cómo surge su interés por el estudio de la evolución?
De la curiosidad que siempre he sentido por el ser humano. Siempre me ha interesado entendernos. Saber por qué somos como somos. La ciencia, a fin de cuentas, es curiosidad.

Gran parte de su trabajo está relacionado con el estudio de la dentadura. ¿Qué podemos saber a partir del estudio de los dientes de un homínido?
Son los restos fósiles que proporcionan una mayor cantidad de información. No solo porque son muy abundantes y suelen estar en muy buen estado de conservación. Sino también porque nos proporcionan una gran diversidad de información. Nos hablan, por ejemplo, sobre la dieta, sobre la especie y el nivel de parentesco que tiene con el Homo sapiens.

¿Hasta qué punto los cambios en la dentadura han sido claves en la evolución?
Tuvo mucha importancia, sobre todo en las primeras etapas; cuando la supervivencia se basaba en nuestras capacidades masticatorias. Es decir, antes de contar con herramientas sofisticadas y dominar el fuego. Una vez la evolución del género Homo llega a ese punto, la dentadura perdió algo de importancia en la lucha por la supervivencia. Es más, hemos encontrado restos de diferentes especímenes fósiles que han sido capaces de sobrevivir sin tener dentadura. Para nosotros esa es una bonita manera de tratar de indagar en cómo fue posible que esto ocurriese. Si quizá su supervivencia se debió a la compasión del grupo.

El estudio de la evolución es como un puzzle al que parece que siempre le falta alguna pieza, ¿cuánto nos queda por saber sobre nuestro origen?
En todos los campos científicos existe un sistema abierto de preguntas. Siempre habrá algo que podremos descubrir. Es cierto que a lo largo de la evolución humana buena parte de los estudios se sustentan en registros fósiles. Es por esto que cuantos más fósiles hallemos más piezas tendremos de ese puzzle. De todos modos, poco a poco lo que era una fotografía borrosa se va haciendo más nítida.

Los avances científicos han debido ser determinantes para que el puzzle esté cada vez más completo
Sí, para conocer el pasado estamos, incluso, utilizando las técnicas del futuro. Los paleoantropólogos debemos extraer el máximo posible de información de pacientes que no hablan. Tenemos la necesidad de buscar nuevas técnicas, especialmente en el ámbito virtual, algo que nos permite estudiar los fósiles y su interior sin aplicar técnicas destructivas, y maximizar la cantidad de información que obtenemos. En el CENIEH, precisamente, nos caracterizamos por nuestros equipamientos punteros.

¿Cuánto ha ayudado Atapuerca a conocernos mejor como especie?
Atapuerca es un yacimiento que ha cubierto por completo un capítulo que no existía y que tiene 1,2 millones de años. Gracias a lo que se ha encontrado conocemos toda la historia de las primeras poblaciones europeas. Es el único lugar en el mundo en el que se han encontrado todas las especies humanas que existieron en el continente desde hace 1,2 millones de años hasta la actualidad. El abanico completo de la diversidad humana en un mismo sitio.

María Martinón-Torres junto a los cráneos de distintos tipos de homínido
María Martinón-Torres junto a los cráneos de distintos tipos de homínido - Juan Manuel Serrano Arce
¿Cuándo comienzan los homínidos a tener un comportamiento parecido al del hombre actual?
Existe un momento en el que las especies nos comenzamos a parecer en el estilo de vida. Probablemente, a partir de la aparición del Homo erectus ya encontramos ese pack de caracteres en el que nos vemos reflejados: una especie social que se sustenta en la comunidad. Por otra parte, existe la idea de que lo que nos hizo humanos fue la creación de herramientas, nuestra capacidad tecnológica. Desde mi punto de vista, no tiene que ver en si tienes o no tienes herramientas, sino en qué modo dependes de ellas.

¿Se sigue evolucionando?
Sí, lo que pasa es que hemos tenido el error, quizá fruto de las novelas de ciencia ficción, de pensar que los grandes cambios que vamos a experimentar van a ser anatómicos. Que nos íbamos a convertir en una especie de marcianitos de cabezas grandes (se ríe). La evolución se puede ver, por ejemplo, en un ámbito muy bonito como es el del estudio de las enfermedades. Nuestro sistema inmune va cambiando debido a las enfermedades infecciosas, que a su vez se transforman para resistir a los antibióticos.

También han surgido mutaciones recientes gracias a los cambios culturales, como nuestra capacidad de digerir leche a edad adulta. Eso es algo que nos diferencia del resto de seres vivos.

Cambios que se producen sin ser forzados y, en muchas ocasiones, sin darnos cuenta.
Claro, Darwin ya explicó que, por muy perfectos que creamos que somos, todos los procesos que nos han llevado a ser lo que somos están marcados por el azar. No existe direccionalidad en la evolución. La naturaleza es la que encuentra el camino para garantizar la supervivencia.

«La naturaleza es la que encuentra el camino para garantizar la supervivencia»
Algunos estudios afirman que dejaremos de evolucionar debido al fin de la selección natural.
Es cierto que, quizá, hemos cambiado la selección natural por una selección social. No es tanta la necesidad de que nuestra biología esté adaptada al ambiente como el hecho de estar bien conectados o de que las relaciones con el grupo sean óptimas. Es algo que ha cambiado. Habíamos evolucionado para vivir al aire libre, cazar, relacionarnos con nuestro ambiente. Pero a través de la tecnología nos hemos acabado aislando. Esto ha hecho que perdamos algo de empatía y que causemos estragos en la naturaleza.

¿Nos estamos deshumanizando?
Yo creo que no. Es cierto que somos la única especie que puede estar presente sin estar presente. La lectura positiva de esto es que somos capaces de recordar personas que ya no están y a las que, incluso, no hemos llegado a conocer. Somos una especie ultrasocial con una hipermemoria afectiva que hace que puedas tener sentimientos hacia gente que no has visto jamás, como políticos o artistas. Es algo bueno porque demuestra que nos hemos liberado de la necesidad de la proximidad física. El problema es que ha hecho que perdamos la empatía, por lo que nos hemos especializado en hacer daño a distancia, algo que se puede observar en cualquier conflicto bélico. Tenemos un poder de hacer el mal a mayor escala, pero también de hacer el bien.

¿Hemos dejado atrás algo positivo con la evolución?
La conexión con el mundo natural. Hemos pasado de adaptarnos al mundo a adaptar el mundo a nosotros. Algo que ha hecho que perdamos la empatía con el ambiente, la naturaleza y el resto de seres humanos.