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Sáb, Abr

El misterio de las estatuas «barrigonas» imantadas de Guatemala

Ciencia y tecnología
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Un estudio señala que los guatemaltecos de hace 2.000 años que elaboraron las caras de La Democracia conocían el magnetismo

(ABC) Hace décadas que los «Barrigones» de la ciudad guatelmateca de La Democracia han alimentado el debate acerca de si eran representaciones de la élite gobernante, mujeres dando a luz o antepasados de aquel pueblo que esculpió las inquietantes figuras hace 2.000 años. Pero el enigma no acaba ahí: las piedras están magnetizadas en ciertas zonas concretas, según ha descubierto un reciente estudio publicado en la revista «Journal of Archaeological Science».

La investigación, de la Universidad de Harvard, sugiere que estas áreas no son casualidad. Los autores han encontrado que se concentran en el ombligo de las estatuas o en la mejilla derecha en el caso de las cabezas, lo que puede significar no solo que los pueblos mesoamericanos estaban familiarizados con el concepto de magnetismo, sino que también tenían alguna forma de detectar los puntos magnetizados.

«Hay alguna posibilidad de que pueda suceder al azar, pero a medida que encontramos más y más esculturas que están alineadas de esta manera, la probabilidad es menor», explica en un comunicadoRoger Fu, profesor asistente de Ciencias de la Tierra y Planetarias de la Universidad de Harvard. «En este documento, analizamos cuatro, y encontramos una probabilidad de menos del 1 por ciento de que esto no fuera intencional».

El rayo: la fuente de los campos magnéticos

Y el estudio va más allá. Fu y su equipo detallan que estas anomalías solo podrían haber sido causadas por una fuente: los rayos. «Todas las rocas contienen minerales magnéticos. Si sales y recoges cualquier roca al azar, es magnética, aunque sea de forma muy muy débil. En el caso de las rocas que forman las estatuas, se trata de basaltos de las tierras altas de Guatemala, lo que hacen que contengan bastante magnetita», afirma. Pero los campos magnéticos encontrados en estas figuras son casi cuatro veces más fuertes que el campo magnético de la Tierra, lo que puede significar que han sido imantadas a propósito.

Por ello, Fu cree que «estas rocas fueron alcanzadas por un rayo en algún momento entre cuando se formaron hace miles de años y cuando fueron talladas». «Debido a que el rayo es una corriente eléctrica, produce campos magnéticos muy fuertes, muchos órdenes de magnitud más fuertes de lo normal... Y creemos que los antiguos pueblos mesoamericanos pudieron detectar estas anomalías».

No se sabe exactamente cómo detectaron las anomalías, pero una investigación anterior señala que los mesoamericanos podrían haber usado piedras calcáreas, rocas naturalmente magnetizadas, para una variedad de propósitos.

Pero, ¿por qué las imantaron?

Sin embargo, aunque el estudio sugiere que los antiguos pueblos mesoamericanos tenían conocimiento del magnetismo y cómo detectarlo, deja sin respuesta la pregunta de por qué las figuras fueron talladas para resaltar su magnetismo. «La respuesta corta es que no tenemos idea de la razón exacta por la que lo hicieron. Hay algunas hipótesis bastante interesantes: probablemente la mejor es que podrían representar alguna representación de los antepasados de las élites gobernantes», señala Fu.

Los argumentos que apoyan esta teoría son que si en el pasado la persona a la que se representa en la estatua tuvo poder, recalcar este poder con magnetismo sería una gran manera de dejarlo claro a la posteridad: «Parecería que había algo vivo con ella, o algún aspecto sobrenatural», afirma el investigador.

En última instancia, dijo Fu, el estudio ofrece evidencia clave de que la comprensión del magnetismo existió en las Américas mucho antes de lo que se creía. «En el Viejo Mundo, había cierta documentación del magnetismo en el mundo griego en el siglo VI a. C., y la primera brújula utilizable no fue sino hasta siglos después en China. Existe la percepción de que el Viejo Mundo es el mundo avanzado y transfirió todo este conocimiento al Nuevo, pero nos estamos dando cuenta de que sabían mucho, y esto es una prueba más».