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Jue, Abr

¿Qué ves en estas imágenes: animales u objetos construidos por el hombre?

Ciencia y tecnología
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Los voluntarios del experimento percibían de forma más destacada el objeto manufacturado, a pesar de que ambos tenían la misma relevancia visual

Si vives el tiempo suficiente en la «jungla urbana» de la ciudad, es posible que empieces a ver objetos fabricados por el hombre por delante de elementos de la naturaleza, como los animales. A resta conclusión han llegado un grupo de investigadores que realizaron el siguiente experimento: fusionaron imágenes de seres vivos con mobiliario urbano y se lo enseñaron a una veintena de personas. Los que vivían en grandes urbes señalaron que los artefactos creados por el hombre resaltaban mucho más que los naturales, que se diluían al fondo. Los resultados se acaban de publicar en « Proceedings of the Royal Society B».

Para averiguar si los entornos construidos pueden alterar la percepción de las personas, los investigadores de la Universidad de Londres reunieron cientos de fotos de animales y objetos artificiales tales como bicicletas, ordenadores portátiles o bancos. Después los superpusieron para crear imágenes híbridas, como un caballo combinado con una mesa o un rinoceronte con un coche. Mientras los participantes voluntarios observaban a los híbridos aparecer en una pantalla, clasificaron a cada uno como un animal pequeño, un animal grande, un objeto pequeño hecho por el hombre o un objeto grande hecho por el hombre.

En general, mostraron un claro sesgo hacia los objetos creados por el hombre, especialmente cuando eran grandes. Este mismo sesgo les sirvió como medida para ver cuánto tenían que resaltar la imagen que se percibía menos para que la vieran más nítidamente que principal remarcada en un principio (es decir, cuánto tenían que «ampliar» visualmente al animal para que se viera mejor que el objeto artifical. Algo así como ocurre en los exámenes visuales en las ópticas).

Así, los investigadores señalan que la percepción de las personas está alterada por su entorno. Los humanos a menudo confían en experiencias pasadas para procesar nueva información: el ejemplo clásico es confundir una serpiente con una manguera de jardín. Pero en este caso, vivir en naciones industrializadas, donde se está expuesto a menos objetos «naturales», podría cambiar la forma en la que se percibe el mundo.