El portugués regresa al Camp Nou liderando a la Juve mientras Messi atraviesa su etapa más amarga en el Barça
(ABC).- El Barcelona recibe esta noche a la Juventus (21.00 horas, Mov. Liga Campeones) con todo a favor para cerrar la primera fase como primero de grupo. Por encima de la clasificación final, el duelo centra la atención de este martes por el reencuentro entre Leo Messi y Cristiano Ronaldo. Un duelo «vintage» que reedita el viejo debate sobre quién de los dos coleccionistas de premios y trofeos es mejor. Una discusión que quedó encogida dentro de un paréntesis tras la marcha del portugués al club turinés en el verano de 2018. Dos años y medio han pasado desde que se vieron las caras por última vez en el césped, en el clásico del Camp Nou, el 6 de mayo de 2018.
Llega Cristiano en plena forma ante un Barcelona errático y con Messi atrapado en dudas deportivas, problemas con el club y cuestionado por crítica y afición. Huele la sangre el luso, que tiene la ocasión propicia para reivindicarse y dejar patente el declive del rosarino, que suma un Balón de Oro y una Bota de Oro más que él. Mientras el portugués celebró la semana pasada sus 750 goles como futbolista profesional gracias a los diez tantos que acumula en los nueve partidos que ha disputado esta temporada, Messi parece abandonado por las musas y solo es capaz de brillar desde el punto de penalti (siete goles en 13 encuentros).
Mejor jugador de la Serie A
Ronaldo, que se perdió el encuentro ante el Barça en Turín debido al Covid, comparece en el Camp Nou como el mejor jugador de la Serie A del pasado mes de noviembre (anotó cinco goles en tres partidos que significaron dos triunfos, ante Spezia y Cagliari, y un empate, frente al Lazio). Messi, en cambio, ni siquiera sabe si será convocado después de que Koeman le haya evitado los desplazamientos europeos a Kiev y Budapest. Sumido en una crisis de juego (perdió 29 balones ante el Cádiz); molesto con el club («estoy cansado de ser siempre el problema de todo», espetó recientemente); criticado por los seguidores («¡A ver si espabilas, eh!», le gritaron tras un entrenamiento); y resignado después de que no le dejaran marcharse este pasado verano, el argentino recibe constantemente la defensa de Koeman. «Lo que yo quiero es tener la comunicación con Leo sobre cosas del partido. No hay que poner energía en temas de fuera. Como entrenador tengo que buscar siempre el máximo rendimiento de cada jugador. Leo es muy importante en nuestro ataque, muchas jugadas vienen de su pie. Cuando se busca un culpable, lo más fácil es señalarme a él. No creo que haya cometido errores. Es un tema de todo el equipo, donde defensivamente tenemos que ser más agresivos. En algunos partidos no hemos tenido suficiente efectividad», aseguró el neerlandés tras el entrenamiento de ayer.
Consciente de la presencia de Ronaldo esta noche, Koeman parece decidido a apostar por la presencia del «10», aunque tampoco lo confirmó. El estado de forma del luso no pasa desapercibido para el entrenador azulgrana, que sabe la motivación extra que éste siente cada vez que se mide al Barcelona y a Messi. «Para mí, que esté Cristiano Ronaldo no es un estímulo más. Pensamos que es un partido importante donde hay equipos muy grandes y van a luchar por el primer puesto. Siempre es importante que estén los mejores. Ronaldo es uno de los mejores. Está en la elite de nuestro fútbol. Hay que defender bien y tener el balón para que no genere peligro».
Eterna juventud
CR7 aterrizó ayer en El Prat con los ojos inyectados en sangre. Amante de los retos, pretende dinamitar el eterno debate que le equipara a Messi, demostrarle a la Juventus que aún le queda mucho fútbol en sus botas a pesar de sus 35 años y que no le afectan los problemas extra deportivos. No le preocupan los rumores que apuntan que la «Vecchia Signora» no estaría por la labor de renovar su contrato, que expira en 2022, ya que valora la posibilidad de traspasarlo este verano para recuperar parte de los 105 millones que pagó al Real Madrid y ahorrarse los 31 millones anuales que le paga. Tampoco parece afectado por la investigación que está sufriendo su hermano, Hugo Dinarte, Aveiro, por el presunto fraude en la venta de camisetas falsas.