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Mar, Abr

REAL MADRID... Benzema: dos golazos y el regalo más caro de San Mamés

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El pichichi de la Liga recibió el reconocimiento de la afición del Athletic después de otra enorme actuación

 

(ABC).- El imberbe Vinicius debería aprender de los 34 años de maestría de Benzema. El brasileño se encara con los rivales con demasiado furor cuando le hacen falta y no se las señalan, hasta que le amonestan, mientras el veterano francés se dedica a rematar n un golpe sin parar el balón y marcar golazos como el primero de los dos que rubricó anoche. Suma quince en esta Liga y consolida su liderazgo como Pichichi de la gran competición española en su anhelo por conquistar el trofeo individual que le resta por celebrar.

Pero lo mejor de Benzema no es su capacidad como artillero sino su omnipresencia. Es el ariete del Real Madrid y sus compañeros se lo encuentran en todas partes, porque acude a ayudar por todos los flancos.

El «nueve» enlaza la mayoría de las jugadas del equipo. En el tanto que abrió el marcador fue quien comenzó el ataque y quien lo remató. Es centrocampista y delantero, se mueve por la derecha y por la izquierda, hace paredes con Hazard y con Vinicius, es la conexión natural de Kroos y todos , empezando por Camavinga, le buscaban porque saben que si levantan la vista allí está.

Suma 15 tantos en esta Liga, de la que es el máximo artillero, y acumula 299 goles en su historial madridista, a nueve de cazar a Di Stéfano (308) y a 24 de la marca de Raúl (323)

Es increíble que Benzema juegue mejor a los 34 que a los 23, cuando Mourinho le llamaba gato sin botas para acertar en el remate. Hoy es el cuarto goleador histórico del club blanco, con 299 dianas, a nueve de cazar a Di Stéfano y a 24 de la marca de Raúl. Superar a los dos es el reto que se ha impuesto el capitán del Real Madrid para alimentar su ambición periódicamente. «Karim necesita marcarse objetivos para sacar lo mejor de su rendimiento», señalan sus allegados y adelantar a los dos mitos blancos es una meta inigualable.

El Athletic-Real Madrid es un clásico del fútbol español desde el estreno de la liga en 1928 y Benzema siempre se siente feliz en un estadio, San Mamés, donde los locales dan la cara en ataque y los partidos se convierten en un combate de ida y vuelta con espacios al contragolpe para exhibir la calidad sin sufrir cerrojos como el del Cádiz, que ofuscan a cualquier futbolista creativo. El delantero centro madridista estuvo a gusto en el césped vizcaíno. Se dolió de un golpe en la espalda, al anotar el segundo tanto, sufrido con la bota de Núñez al intentar impedir su disparo. Los aficionaos rojiblancos le aplaudieron cuando estuvo en la banda, demostrando el respeto a su rendimiento constante.

Disciplinado tácticamente en este fútbol moderno donde el delantero debe vigilar a su defensor cuando sube a rematar las acciones a balón parado, el francés siempre baja a despejar en su área y es uno de los atacantes que mejor lo hace, colocado en el primer palo de cada saque de esquina del rival. Así rechazó tres balones botados por el Athletic. Es el jugador completo.

Ancelotti subrayó que «Karim es un jugador top, muy grande como futbolista y como persona, y además humilde»; y dejó un halo de esperanza sobre Hazard: «Eden ha vuelto».

Cuando más atacaban los rojiblancos el goleador visitante se quedó en punta para pedir pases en largo a Kroos y aprovechar los huecos al contragolpe, pero pronto tuvo que descender de nuevo al centro del campo para apoyar en la recuperación de la posesión de la pelota porque los leones dominaban tanto que el «nueve» se pasó cuatro minutos sin oler un balón. Fueron los momentos más discretos del Real Madrid y, por extensión, de Benzema. Es un hecho real, si Karim no interviene, los blancos no funcionan. Kroos ya no mandaba en el medio y Vinicius, muy bien marcado, estuvo oscuro y esa carencia afectó al capitán, que se vio desasistido tras el comienzo fulgurante firmado con sus dos goles en cinco minutos.

Debutó el joven Peter con el Real Madrid y el relevado fue Hazard. Benzema fue cambiado al final, por Jovic, y la ovación de la afición del Athletic fue histórica, señorial, en un campo que sabe de fútbol. El artillero devolvió los aplausos a los espectadores en uno de los momentos más bonitos de la noche.

«Me siento muy feliz por lo aplausos de los aficionados, pero me siento aún más feliz por el gran partido que hemos hecho y por una victoria muy importante», manifestó el protagonista del encuentro.

Ancelotti subrayó que «Karim es un jugador top, muy grande como futbolista y como persona, y además humilde». Y dejó un halo de esperanza sobre Hazard: «Eden ha vuelto».