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Vie, Abr

MUNDIAL DE ATLETISMO... Duplantis, McLaughlin y Amusan mandan en la capital

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OREGON 2022... Eugene se despide con un excelente registro de tres récords mundiales y alumbra la generación de París'24

 

(ABC).- Duplantis no es sueco. Es estadounidense. El plusmarquista mundial de salto con pértiga, que sigue miniaturizando a Sergei Bubka, celebró ayer un nuevo récord ante su público, una plusmarca que sirvió para clausurar por todo lo alto unos Mundiales que comenzaron titubeantes y han dejado un espectacular balance de tres records mundiales y carreras inolvidables.

Mondo Duplantis, hijo de un gran pertiguista, el estadounidense Greg Duplantis, compite con la camiseta sueca pero nació en Louisiana y allí ha pasado toda su vida. A los tres años agarró su primera pértiga en el jardín de su casa y no ha dejado de batir récords desde los 6 años, hasta los colosales 6,21 metros que superó ayer ... o realmente no. La tecnología informa de que el representante de Suecia (sigue aprendiendo el idioma de su madre para poder hacer entrevistas) se elevó ayer realmente por encima de 6,29. Es decir, le sobraron ocho centímetros. Bubka se frota los ojos.

La ciudad de Eugene, del tamaño de Getafe, es la capital del atletismo. La llaman 'Track Town' y ha albergado en muchas ocasiones los Olympic Trials estadounidenses. Allí nació la mítica del atleta Prefontaine, la leyenda del entrenador Bowerman y la compañía Nike, como cristalización del espíritu de los milleros de Oregon. Las míticas pistas de Hayward Field han sido un marco inigualable para estos Mundiales.

No ha sido Duplantis el único triunfador en Oregon. Dos mujeres, vallistas, han dado dos puñetazos espectaculares sobre la mesa de la World Athletics. Dos récords del mundo de dibujos animados. Uno muy esperado. El otro, muy inesperado. La plusmarca de Sydney McLaughlin estaba anunciada. La suya es una progresión imparable, el reflejo de un talento sin límites, una mujer que pasa las vallas como si no estuvieran ahí y que está mostrando un potencial como cuatrocentista que puede marcarle una nueva carrera deportiva en los 400 lisos. McLaughlin, que rechazó ser representada por un agente del mundo del atletismo, comparte 'manager' con estrellas de Hollywood. El crono que ha logrado en Oregon (50.63 en los 400 metros vallas) es de los que se pueden quedar una década durmiendo en el libro de récords. Por si fuera poco, ayer completó el oro americano de los relevos 4x400 con una espectacular posta en 47.91. Es decir, habría ganado también el oro de los 400 metros si se hubiera inscrito en la vuelta a la pista.

La gran sorpresa la ha protagonizado una atleta de Nigeria. Tobi Amusan ha sido la gran tapada de estos Mundiales. Llegó a Eugene sin hacer ruido, realizó una buena eliminatoria (12.40, el mejor crono) y dejó los fuegos artificiales para la jornada final. Amusan, formada atléticamente en la Universidad de Texas El Paso, corrió su semifinal con prisas, con ganas de impresionar y asustar antes de la gran final. Detuvo el cronómetro en 12.12 y logró el primer récord mundial de la historia para Nigeria. En la final corrió aún más: 12.06 pero con un viento excesivo que borró la posibilidad de ratificar el récord. Amusan apunta ahora a una barrera mágica, que era impensable hasta ayer. Bajar de 12.00 era algo que sólo hacían los velocistas. Pero sin vallas.

Los Mundiales de Oregon han confirmado también el talento inmenso de Jakob Ingebrigtsen, quien dio la cara en los 1.500 metros y perdió. Ayer se escondió y ganó los 5.000 metros. Recordó al Sebastian Coe de Moscú'80, que perdió el 800 con Ovett y regresó para ganar con rabia los 1.500 metros. Ingebrigtsen, con esa arrogancia que le hizo declarar que había sido derrotado en el 1.500 «por un rival inferior», es uno de esos personajes que el atletismo lleva en su escaparate y vana hacerle brillar en los Juegos de París'24. Siempre París'24. Como el siglo pasado.

Y Cuba se ha desangrado del todo. Ése ha sido otro de los hechos tremendos de estos Mundiales: la desaparición de la isla caribeña. Los atletas cubanos abandonan su selección de atletismo, gota a gota, como si su país se tratara de una gran factoría de campeones que no sabe cuidarlos, mimarlos, retenerlos. La falta de libertad y la posibilidad de un futuro de bienestar empuja a sus campeones a «escaparse» (como suelen decir ellos) y enriquece las selecciones de Portugal, España e Italia, principales destinos de sus atletas fugados.

El atletismo cierra los Mundiales con un gran sabor de boca. Y extiende un futuro apasionante ante sus fans, los 'locos del atletismo'. Este mismo verano los Europeos de Munich, los Mundiales junior de Cali, los Juegos de la Commonwealth en Birmingham y las grandes reuniones finales de la Liga del Diamante. Y el año que viene, los Mundiales de Budapest, preludio de los Juegos de 2024. La generación de París ya está ante nosotros.