ABIERTO DE AUSTRALIA... El español tuvo que sobreponerse al británico y a las gradas para meterse en los octavos de final
(ABC).- Roberto Bautista, único representante español en la segunda semana del Abierto de Australia tras la derrota este sábado de Nuria Párrizas, se ha clasificado para los octavos de final tras batir en un disputado partido al británico Andy Murray (6-1, 6-7(7), 6-3, 6-4), una de las sensaciones del primer Grand Slam del año.
El castellonense, número 25 del mundo, aprovechó el cansancio en las piernas del escocés, que acumulaban 10 horas y 34 minutos en el inicio del torneo -seis horas más que el español-, para golpearle con dureza en un primer set en el que se valió de dos 'breaks' para adelantarse en la contienda en solo 29 minutos.
Sin embargo, Murray reaccionó en la Margaret Court Arena incluso tras el 3-1 con el que Bautista había conseguido colocarse en la segunda manga. Recuperó la rotura en el octavo juego (4-4) y forzó el 'tie-break', donde salvó dos puntos de set antes de igualar el partido.
Bautista mantuvo la calma y, en el tercer parcial, elevó su acierto con el primer servicio (100%) y firmó un solitario quiebre para ganarlo por 6-3. En la cuarta y definitiva manga, respondió con un 'contrabreak' a la rotura de Murray en el segundo juego y volvió a quebrar su servicio en el noveno para llevarse la victoria tras tres horas y 29 minutos de juego.
«Ha sido uno de los partidos de Grand Slam más duros que he jugado. No recordaba que en 2019 fuera tan horroroso, recordó de un duelo anterior con el británico. «Ha sido un partido difícil. Él sabe jugar muy bien con el público y con todo. Él estaba sintiendo la pelota y sabía lo que hacía. Salía de los momentos complicados con magia», afirmó sobre el apoyo de las gradas a su rival.
«No ha sido fácil manejar toda la tensión, el público en contra. Todo lo que hace sentir Andy en un partido de Grand Slam», agregó. «Estoy feliz de estar otra vez en una segunda semana. Sé lo igualado que está todo hoy en día. Estoy con confianza y me se siento jugando bien a tenis».
Ahora, en su quinta ocasión en la segunda semana en Melbourne Park, se enfrentará en octavos de final al estadounidense Tommy Paul, número 35 del ranking ATP y verdugo de Alejandro Davidovich en segunda ronda y que se impuso en el duelo fratricida ante Jenson Brooksby (6-1, 6-4, 6-3).Por su parte Novak Djokovic, gran favorito al título, resistió al dolor de una lesión para imponerse a Grigor Dimitrov y avanzar a octavos de final del Abierto de Australia. En el desafío más importante hasta ahora en su andadura hacia un décimo título en Melbourne, el serbio, número 5 del mundo, superó a un errático búlgaro (número 28) por 7-6 (9/7), 6-3, 6-4 en más de tres horas de partido.
Pero a pesar del peligro de su talentoso pero a menudo inconsistente amigo balcánico, la mayor amenaza para 'Nole' fue su muslo izquierdo, lastimado a principios de mes, que le obligó a limitar algunas carreras y pedir la atención de los masajistas. «He conseguido sobrevivir y salir adelante de alguna forma. Me lo tomaré partido a partido», dijo en rueda de prensa posterior el serbio, que describió el dolor como «una montaña rusa», con altibajos constantes.
El tenista serbio pidió al juez de silla que expulsaran al hombre de la Rod Laver Arena
Conocedor de sus limitaciones, saltó a la Rod Laver Arena con prisa para hacer sus deberes, con un quiebre en el primer juego, pero perdió la ventaja en la recta final del set y terminó luchando en un desempate en el que salvó una bola de set. «Probablemente fue uno de los momentos más importantes del partido. Aguantar en el tie-break y salir adelante un set por encima», reconoció el serbio, que aspira a igualar los 22 Grand Slams de Rafael Nadal.
Con Djokovic apuntándose el segundo set y consiguiendo dos 'break' en el tercero, emergieron de nuevo las molestias físicas del serbio, que estiraba la pierna entre saque y saque y cojeaba tras algunos puntos. Aun así, pudo mantener su ventaja y asegurarse el paso a octavos de final, donde se enfrentará al australiano Alex de Miñaur (número 24), la última esperanza local en individuales.