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Jue, Abr

CHAMPIONS LEAGUE ... El Barça empata y gracias

Deportes
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 Volvió la Champions, la que todos deseamos y sólo gana el Real Madrid.

(ABC) Cuesta hacerse ilusiones, cada año más, cuando eres del Barça, porque al final siempre llega abril y te quedas con aquella cara de idiota. Cada temporada con sus nuevas ilusiones, cada nuevo fichaje con sus proyecciones, cada proeza de Messi o este año tal vez de Ansu Fati como si fuera un título en sí misma; pero todo al final se desvanece por fatalidad, por mediocridad o porque simplemente el Madrid es quien gana sin que nadie pueda hacer realmente nada por evitarlo.

Estreno difícil, alemán, el Dortmund es un equipo más contundente que creativo, más duro que imaginativo. Hasta el punto de que Griezmann les regaló un balón franco y dentro el área que era medio gol pero que la delantera local desaprovechó por falta de la más elemental finura. Ansu Fati, nada intimidado por el escenario, ni por su debut europeo, participaba de forma decisiva en todos los ataques. El Barcelona, más blandengue que el rival, resultaba sin embargo más elegante, más fino, y sus acciones tenían más sentido y profundidad. Primer cuarto de hora de dominio alemán para que luego el Barça mejorara y trasladara el juego al campo del Dortmund. De todos modos, la primera y muy clara ocasión la tuvo Reus pero respondió tapando muy bien el espacio con su salida Ter Stegen.

Mejor con balón que sin balón, el Barça asumía demasiados riesgos y necesitaba dar un paso al frente pero no sabía cómo. De Jong no acababa de comparecer, Suárez y Griezmann, tampoco. Pocas luces en ataque, pocas demostraciones de talento que quepan consignar. Tan pocas, que en el minuto 34 el público empezaba a abandonar sus localidades para ir a buscar sus bocadillos, no sé si porque tenían mucha hambre o porque al ser alemanes, en su afán organizativo, preferían ir por turnos y ordenados, aunque sea al precio de perderse el fútbol, antes que formar en los pasillos caóticos tumultos. Sancho casi marca en el 38 por un clamoroso error de Lenglet. Alba, que se lesionó solo, fue sustituido por Sergi Roberto.

Pobre primera parte del Barça: más trabajada, aunque igualmente estéril, la del Dortmund.

Volvió De Jong del descanso como dispuesto a asumir más protagonismo. Messi y Rakitic salieron a calentar. Piqué en le regaló una peligrosa falta a Achraf, por la que vio la amarilla. Alcácer desaprovechó la ocasión con un pobre disparo. El Barça continuaba perdiendo demasiados balones y otra vez Alcácer llegó tarde, pero esta vez por los pelos, a un remate al primer palo que habría sido letal. El Dortmund sabía que era su momento pero no le sobraban las ideas para concretarlo, pero para eso estaba Semedo, que pisó claramente a Sancho dentro del área. Reus chutó el penalti y Ter Stegen paró el penalti en dos tiempos.

Y tras 44 días de baja -larga, larga baja, como si fuera uno del comité de empresa- entró Messi en el 58, por Ansu Fati y Rakitic sustituyó a Busquets. Buen partido de Ansu Fati, desde la presión y la participación. Al Barça le continuaba faltando intensidad defensiva, el Dortmund tenía tiempo para pensar en todas las fases de sus ataques. A Messi le costaba comparecer y el Barça, demasiado chafado, permitía que los alemanes llegaran con demasiada frecuencia a los dominios de Ter Stegen. Era el minuto 70. Quedaba demasiado partido para que el Barça pudiera pensar en salvar ni siquiera el empate si no hacía algo distinto. Amarilla por mano voluntaria de Rakitic -otra impotencia-. Alcácer la tuvo otra vez. Todo lo que tuvo Reus lo paró Ter Stegen, que estuvo sensacional. Vestido de blanco, por cierto. Brandt chutó al larguero. El Barça, roto, sólo pensaba en sobrevivir, y pensando que no lo conseguiría. Viejos fantasmas para la nueva Champions sumían al Barça en la angustia, la agonía y la desorientación.

Messi tomó las riendas y el equipo dejó de hiperventilar y se acercó un poco más al área de Bürki. Pero en en ningún momento el equipo fue digno de su fútbol, ni plasmó Valverde ninguna idea inteligente, y da la sensación de que el Barça ha agotado no ya el talento, sino hasta los trucos.