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Sáb, Abr

PATINAJE ...El infierno de una patinadora china: «Me golpearon hasta dejarme la piel en carne viva»

Deportes
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Jessica Shuran Yu cuenta cómo su entrenador llegó a golpearla y a insultarla hasta provocarle daños psicológicos y físicos

(ABC) Es la última, pero no la primera. Motivada por el documental «Athlete A» (Netflix), donde se narran los abusos sufridos por gimnastas estadounidenses durante años, la china Jessica Shuran Yu ha decidido romper su silencio. Así, a través de sus redes sociales, Shuran Yu ha reunido el valor para contar el calvario por el que pasó desde los 11 años.

Detrás de sus éxitos (campeona de los Juegos del Sudeste Asiático de 2017 y dos veces campeona nacional), hay una historia en la que el trato vejatorio, la exigencia desmedida y las agresiones físicas formaron parte del día a día. «Nos llamaban perezosa, estúpida, retrasada, inútil y gorda», cuenta ahora en The Guardian. Una situación que incluso se tradujo en maltrato físico, ocasionándole numerosas heridas.

«El maltrato empezó a los 11 años. Mi entrenador me golpeaba usando las guardas, que son unas fundas de plástico que cubren las cuchillas. Cuando se enfadaba conmigo, cuando consideraba que cometía el más mínimo error, me pedía que elevará la mano. A veces me golpeaba en las piernas y los brazos sin aviso. Podía pasar en medio de un entrenamiento, delante de todo el mundo, o después, en zonas apartadas donde me gritaba y golpeaba aún más fuerte. En días especialmente malos, me golpeaba más de 10 veces seguidas hasta dejarme la piel en carne viva», se puede leer en su Instagram.

Un infierno diario

Shuran Yu, que compite bajo bandera de Singapur, de donde es su padre, se entrena en su China natal. Pese a los éxitos logrados a lo largo de su carrera, la actitud de su entrenador no desapareció, llegando a confesar Shuran Yu que el peor momento fue hace apenas dos años, antes de la clasificación para los Juegos Olímpicos de Invierno en Pyeongchang de 2018: «Tenía problemas con los alineamientos de las cuchillas y me rompí en el vestuario debido al estrés. Mis lágrimas le molestaron. Me dijo que parara y como no lo hice, me dio una patada en el pie e hizo que se me bloqueara el talón. Estuve 15 minutos con hielo, pero cuando volví a la pista, no podía saltar. Estuve dos días de baja, justo antes de los clasificatorios».

Su caso es solo uno más en un mundo en el que desgraciadamente este tipo de situaciones se conocen cada cierto tiempo. Un universo de máxima exigencia que ha provocado el descenso a los infiernos de más de un deportista. «Es una plaga que se extiende en deportes estéticos como la gimnasia, el patinaje y en ambientes donde adultos pueden explotar a jóvenes chicas con grandes sueños», denuncia.

«Cuando tenía 14 años y atravesaba la pubertad, comencé a luchar con mis saltos porque estaba aumentando de peso. Era golpeada en la espinilla con la puntera de un patín para obligarme a intentarlo de nuevo. No me dejaban cojear o llorar. La mayoría de las veces ese abuso ocurrió frente a otros patinadores en la pista. No se lo dije a ninguno de mis amigos, adultos en la escuela o en mi federación, porque me sentía muy humillada. Era inhumano», cuenta Shuran Yu.

«Por suerte nunca me pusieron dietas crueles, pero me insultaba, me decía que perdiese peso y me criticaba por comer. Una vez me castigó por pedir una ensalada porque venía en un plato grande y tenía una salsa. Llegó un momento en el que deseaba ser anorexica porque eso significaba que estaba esforzándose lo suficiente», añade.

Con su testimonio, Shuran Yu confía en poder ayudar a otras deportistas a denunciar y no permitir este tipo de situaciones. «Hubo un momento en mi vida en el que el abuso me hizo odiar el deporte», asegura. Desgraciadamente, entre sus declaraciones, Shuran Yu relata otros episodios similares con compañeros: «Vi cómo golpeaban y arrastraban a un patinador junior fuera del hielo, mientras que a otro lo presionaban para que compitiera con dos ligamentos desgarrados».