El lugar de esparcimiento está convertido en un asco; las palmas mueren lentamente y las aguas negras brotan de los registros como manantial despidiendo olores pestilentes
Acapulco Gro., 39 de junio del 2021 (Noticias Acapulco al Desnudo.com) La magna obra del gobernador de Guerrero, Héctor Antonio Astudillo Flores, el llamado Paseo del Pescador en playa Manzanillo, agoniza lentamente a medida que pasan los días; las palmas que hermoseaban el lugar de esparcimiento de las familias en Acapulco, es ahora naturaleza muerta.
Y es que la zona que se promociona mucho como un acierto del gobernador Astudillo Flores, que nunca pudo traer “orden y paz”, a Guerrero, ve con tristeza como el llamado Paseo del Pescador en playa Manzanillo agoniza lentamente.
Basta con visitar esa ventana del pacífico mexicano con vista a la bahía Santa Lucía, para darse cuenta de la pestilencia que se respira al ver como de los registros de los drenajes, como si fuera un manantial, brotan las aguas negras y recorren cada centímetro de concreto en una zona que serían el mejor lugar para las familias.
Aquellos paisajes tomados desde un Dron, del Paseo del Pescador, son ahora imágenes deprimentes, que espantan a propios y extraños. El color negro con olor fétido son la alfombra que sepulta el gris del pavimento, mientras la gente se tapa la nariz al pasar por ese lugar.
La obra que el gobierno del estado ejecutó, mediante la Secretaría de Desarrollo Urbano, Obras Públicas y Ordenamiento Territorial, inaugurada el 14 de abril del 2019 es ahora una verdadera ruina.
Cómo mirará esa obra maestra Rafael Navarrete Quezada, responsable de supervisar que el Paseo del Pescador, quedará como un lugar de ensueño, agoniza la obra magna del gobernador Héctor Astudillo en Acapulco
El lugar de esparcimiento está convertido en un asco; las palma mueren lentamente y las aguas negras brotan como manantial despidiendo olores pestilentes
Acapulco Gro., 39 de junio del 2021 (Noticias Acapulco al Desnudo.com) La magna obra del gobernador de Guerrero, Héctor Antonio Astudillo Flores, el llamado Paseo del Pescador en playa Manzanillo, agoniza lentamente a medida que pasan los días; las palmas que hermosean el lugar de esparcimiento de las familias en Acapulco, es ahora naturaleza muerta.
Y es que la zona que se promociona mucho como un acierto del gobernador Astudillo Flores, que nunca pudo traer “orden y paz”, a Guerrero, ve con tristeza como el llamado Paseo del Pescador en playa Manzanillo agoniza lentamente.
Basta con visitar esa ventana del pacífico mexicano con vista a la bahía Santa Lucía, para darse cuenta de la pestilencia que se respira al ver como de los registros de los drenajes, como si fuera un manantial, brotan las aguas negras y recorren cada centímetro de concreto en una zona que serían el mejor lugar para las familias.
Aquellos paisajes tomados desde un Dron, del Paseo del Pescador, son ahora imágenes deprimentes, que espantan a propios y extraños. El color negro con olor fétido son la alfombra que sepulta el gris del pavimento, mientras la gente se tapa la nariz al pasar por ese lugar.
La obra que el gobierno del estado ejecutó, mediante la Secretaría de Desarrollo Urbano, Obras Públicas y Ordenamiento Territorial, inaugurada el 14 de abril del 2019 es ahora una verdadera ruina.
Cómo mirará esa obra maestra Rafael Navarrete Quezada, responsable de supervisar que el Paseo del Pescador, quedará como un lugar de ensueño, a casi dos años de haberse entregada a los acapulqueños para su disfrute de la vida, quizás ahora al verla le daría mucha pena en las condiciones en las que se encuentra.
Quiénes deben mantener ese lugar de ensueño, nadie lo sabe. Lo cierto del caso, es que cada minuto que pasa, la zona se deteriora y va de ser un bello lugar, a un espacio pestilente y de asco.
Los miles de millones de pesos que costó esa obra, que a lo que se ve, es de mala calidad, a dos años, ya no queda nada de lo que fue. Todo lo bonito se fue a la basura para convertirse a lo que era antes, un lugar de escurrimientos de aguas negras y basura por todos lados.i dos años de haberse entregada a los acapulqueños para su disfrute de la vida, quizás ahora al verla le daría mucha pena en las condiciones en las que se encuentra.
Quiénes deben mantener ese lugar de ensueño, nadie lo sabe. Lo cierto del caso, es que cada minuto que pasa, la zona se deteriora y va de ser un bello lugar, a un espacio pestilente y de asco.
Los miles de millones de pesos que costó esa obra, que a lo que se ve, es de mala calidad, a dos años, ya no queda nada de lo que fue. Todo lo bonito se fue a la basura para convertirse a lo que era antes, un lugar de escurrimientos de aguas negras y basura por todos lados.