El presidente estadounidense evita asumir públicamente que México no lo pagará
Acapulco Gro., 25 de febrero del 2018(ABC).-La diplomacia del muro sigue dando quebraderos de cabeza a las administraciones de México y Estados Unidos. Atascados en posturas irreconciliables en torno a uno de los principales reclamos de Trump, los presidentes de ambos países volvieron al enfrentamiento verbal el pasado martes, en una conversación telefónica que sólo sirvió para desactivar la visita oficial que Peña Nieto había previsto rendir a Washington. Como ocurrió en ocasiones recientes, el presidente estadounidense se niega a reconocer públicamente que su vecino del sur no financiará la construcción de la nueva empalizada, como le ha reclamado su homólogo en repetidas ocasiones.
La charla protagonizada por ambos mandatarios, que se prolongó durante cincuenta minutos, derivó en un tenso tira y afloja cuando Peña Nieto volvió a demandar al inquilino de la Casa Blanca que aclarara las dudas sobre la responsabilidad de México con el muro. Según el relato de la conversación publicada por el Washington Post, que cita fuentes de la presidencia mexicana, Trump «perdió los nervios» ante la insistencia de Peña Nieto. La versión de un portavoz anónimo de la Casa Blanca es que el presidente mexicano se puso muy insistente en esa demanda.
Desgaste ante sus votantes
En la difícil relación que mantienen ambos países desde su llegada a la presidencia, la promesa electoral de que México pagaría la gran obra de su mandato, el santo y seña de la seguridad de las fronteras que proclama, se ha vuelto contra Donald Trump. El presidente estadounidense ha asumido la imposibilidad de hacer cargar con la factura a otro país que no sea el suyo, como reconoció a Peña Nieto hace poco más de un año, pero no quiere reconocerlo públicamente. Entonces, en la primera conversación telefónica que mantuvieron ambos mandatarios tras la victoria electoral, de cuya grabación se hicieron eco los medios semanas más tarde, Trump llegó a pedir comprensión a su homólogo ante el desgaste que supondría para él renunciar a la promesa ante su núcleo duro de votantes.
A cinco meses del final de su mandato, el nuevo aplazamiento de la visita de Peña Nieto a la Casa Blanca supone otro contratiempo para la diplomacia entre ambos países. La compleja re negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha venido a agravar la ya de por sí difícil relación entre ambas administraciones.