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Localizan Marina y el INAH al buque Tampico, hundido en 1914

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México, 26 de noviembre.- Arqueólogos marinos y personal de la Marina-Armada de México localizaron los restos del Cañonero “”Tampico”, un buque de guerra hundido en abril de 1914 durante la Revolución Mexicana al enfrentarse a otros navíos mexicanos que lo atacaron al rebelarse uno de sus comandantes.

Los restos del “Tampico” fueron detectados y ubicados con precisión frente a las costas del puerto de Topolobampo, en el estado de Sinaloa, por dos equipos de buzos investigación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y por personal de la Secretaría de Marina-Armada de México (SEMAR).

Los trabajos para localizar al “Tampico” iniciaron en una primera fase del 30 de marzo al 2 de abril de este año a bordo del Buque de Investigación Oceanográfica ARM “Río Tecolutla” de la SEMAR. En ese lapso, “se obtuvieron, mediante una sonda multihaz, imágenes tridimensionales del fondo marino que revelaron la presencia de una ‘anomalía’ que parecía corresponder con las dimensiones del cañonero revolucionario: 60 metros de eslora por 10 de manga”, señala el comunicado.

En una segunda etapa, realizada del 8 al 12 de septiembre con apoyo de una nave interceptora y un magnetómetro de la Marina, los arqueólogos emprendieron un par de inmersiones profundas “a más de 40 metros de profundidad” que confirmaron la identidad del “Tampico”.

En las inmersiones se constató que el buque tiene un deterioro considerable, por lo cual se tienen planeadas futuras inmersiones a fin de realizar modelos 3D que ayuden a su monitoreo, señalaron las instituciones.

El SAS del INAH también conduce otra expedición en Veracruz para buscar las naves de Hernán Cortés, usando un sonar de barrido lateral.

En el caso del “Tampico” se empleó tecnología multihaz que, por medio de un pin acústico, emite sonidos que rebotan en grandes profundidades marinas y genera lecturas detalladas de los objetos que yacen en ellas, señaló Roberto Junco, director del grupo de investigadores del INAH.

En un comunicado conjunto, el INAH y la Marina explicaron que el hallazgo se logró gracias al trabajo de especialistas de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del INAH, quienes ubicaron, junto con personal de la SEMAR, una ‘tumba de guerra” en la que yace el cañonero “Tampico”.

La nave, de acuerdo con historiadores navales, fue tomada por el Primer Teniente de ese buque, Hilario Rodríguez Malpica, quien se sublevó e hizo prisionero al comandante del buque, el Capitán de Navío Manuel Castellanos, quien, junto con el resto de la flota mexicana, le había manifestado su lealtad y apoyo el dictador Victoriano Huerta, recién llegado al poder tras el cuartelazo contra el presidente Francisco I. Madero ocurrido en 1913.

Esto ocurrió en Guaymas, Sonora, en donde Rodríguez Malpica liberó a quienes se negaron a continuar en el barco y a apoyar a Venustiano Carranza, quien se había rebelado contra Huerta y luchaba por una nueva Constitución Política. El Primer Teniente zarpó hacia el puerto de Topolobampo, Sinaloa, en donde se concentraba una parte de las tropas que apoyaban a Carranza.

Huerta ordenó atacar al buque rebelde y para ello dispuso que los cañoneros-transporte “Guerrero” y “Morelos” (mejor armados y equipados que el “Tampico”) bloquearan la entrada al puerto de Topolobampo. Las naves sostuvieron dos encuentros: el primero fue el 22 de febrero y el segundo fue el 13 de marzo.

Ese día, el cerco al “Tampico”, se intensificó cuando la Marina leal al golpista Huerta sumó dos buques obsoletos (el “Demócrata” y el “Oaxaca”) para que le complicaran las maniobras de salida a la nave rebelde, que ya estaba en la bahía de Topolobampo, caracterizada por su estrecho punto de entrada.

El rebelde “Tampico” y el golpista “Guerrero” se cañonearon durante 20 días. El buque del Capitán Malpica estuvo cerca de irse a pique, pero fue apoyado desde el aire por el biplano “Sonora”, que bombardeó a la nave de los geles a Huerta. Las bombas no dieron en el blanco pero disuadieron la ofensiva del dictador.

Severamente cañoneado, el “Tampico” intentó enfilar hacia el puerto de Mazatlán, Sinaloa, pero la segunda caldera que lo mantenía operable y a flote falló y lo dejó a la deriva. A 30 millas náuticas de la costa y sin la ayuda que le habían pedido a los destructores norteamericanos “USS Preble” y “USS New Orleans”, la tripulación del “Tampico” recibió la última embestida del “Guerrero”, que se había reabastecido y reparado en Guaymas.

El 14 de junio de 1914, a las 7:48 de la mañana, el “Guerrero” cañoneó a placer al “Tampico, incapaz de moverse, de escapar a los disparos. El bombardeo duró apenas dos horas. Antes de ordenarle a sus hombres abandonar la nave, el capitán hizo que se abrieran las válvulas para que esta se fuera a pique.

Malpica y los tripulantes intentaron alcanzar la costa, pero el “Guerrero” los interceptó y masacró en a mar. Instantes antes de que esto ocurriera, el Primer Capitán del “Tampico” se dio un tiro en la boca.

De cualquier forma, si le hubieran capturado, Malpica habría sido ejecutado por cometer traición a la patria el rebelarse contra el general Victoriano Huerta.

El investigador señala que encontrar el “Tampico” es el primer paso para investigar y visibilizar un episodio de la Revolución al cual no se le ha dado la atención que merece.

Es incluso conocido que aquel 16 de junio, recién acabada la conflagración, el “Guerrero”, el “Preble”, el “Perry” y el “New Orleans”, arriaron sus pabellones a media asta en honor del Capitán de Navío, Rodríguez Malpica y sus hombres caídos, agrega Junco.