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Jue, Abr

Un exfuncionario de Justicia dio la orden de asesinar al presidente de Haití

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Joseph Felix Badio, integrante de la Unidad contra la corrupción, habría sido el encargado de la coordinación y la logística de la misión para acabar con la vida de Jovenel Moïse

(ABC).- Los servicios secretos colombianos iniciaron una investigación en Haití por la implicación del comando de sus 26 compatriotas en el magnicidio de Jovenel Moïse. Parece que las pesquisas han comenzado a dar sus frutos y el director de la Policía colombiana, Jorge Luis Vargas, ha identificado, mediante una rueda de prensa este viernes, a Joseph Felix Badio como responsable directo de la muerte del presidente haitiano. Se habría encargado de la coordinación de la operación en el terreno y la logística. Así su papel pasó por el alquiler de la casa junto a la del presidente, falsificar placas, fabricar el logo de la DEA, adquirir luces intermitentes, sirenas, megáfonos, chalecos antibalas y adquirir los famosos todoterrenos. Al parecer Badio, un ex funcionario del Ministerio de Justicia de la isla caribeña, ordenó a dos de los mercenarios sudamericanos acabar con la vida del líder político. Integrante de la Unidad de Lucha Contra la Corrupción del Servicio General de Inteligencia de Haití mandó a (Duberney) Capador y a (Germán) Rivera el vil asesinato.

Capador fue abatido en el enfrentamiento con las fuerzas del orden haitianas junto a otros dos mercenarios integrantes del comando. Rivera se encuentra bajo arresto como el responsable de la intendencia y el suministro de alimentos a sus compañeros por lo que recibió hasta 50 mil dólares procedente de Miami. Tres de los ex soldados colombianos involucrados en el magnicidio siguen huidos y otros 18 han sido capturados. Aproximadamente siete de los 26 sicarios ingresaron en el hogar del presidente y el resto aguardó en el exterior prestando seguridad. La banda se hospedó en la zona de Petionville, en una vivienda próxima a la del mandatario, en la que llevaron a cabo «labores de entrenamiento delincuencial». Además, las fuerzas del orden conocen a quienes accedieron a la casa presidencial en un primer vehículo. El jefe de la Policía de Haití y Colombia coinciden en que los instigadores del crimen están relacionados con la empresa de seguridad privada CTU Security, radicada en Miami y dirigida por el opositor venezolano Antonio Enmanuel Intriago Valera quien asistió al encuentro.

 

El presidente de Colombia, Iván Duque Márquez, expresó en una radio local de su país que parte del grupo fue reclutado como «gancho ciego» y que una parte, según sus palabras, acudió a Haití como una misión de seguridad cuya finalidad supuestamente era entregar al dirigente a la DEA (agencia antidrogas estadounidense). La conclusión es que algunos eran conocedores de la verdadera intencionalidad, sin embargo, a otros integrantes les fueron «tergiversando la misión, hasta que terminan involucrados en estos lamentables hechos». Duque también ha querido aclarar que no existen conversaciones de la banda con políticos haitianos.

 

Tres días antes del allanamiento del Palacio Nacional, Badio cambió la orden ya que en un principio sólo se iba a tratar de un secuestro. Los dos mercenarios viajaron a República Dominica en donde disfrutaron de unas vacaciones con imágenes compartidas en redes sociales para posteriormente trasladarse a Haití, en la misma isla de La Española. Una avanzadilla de cuatro colombianos arribó a la que posteriormente se unieron los 20 restantes que «prestaron labores de seguridad en grupos de siete durante tres semanas» previas al ataque.

Conspiración

La policía colombiana ha mostrado fotografías de la reunión en un hotel dominicano a la que asistió Christian Emmanuel Sanon, médico haitiano residente en Miami durante 20 años, al que la Policía haitiana coaliga como principal responsable de la confabulación para acabar con Moïse. Pese a ser prácticamente un desconocido el objetivo de Sanon era hacerse con el poder de la jefatura del Estado en Haití.

Las autoridades colombianas, gracias a entrevistas a ex militares apresados, «ratificó» que en otras «citas en Miami» se confabuló intelectualmente el magnicidio. Empleados de la empresa CTU Security, el haitiano-estadounidense James Solages (capturado), Arkangel Pretelt, el venezolano Tony Intriago y Emmanuel Sanon conspiraron para acabar con el político.

Las investigaciones siguen su curso sin que ninguna organización internacional las controle en la nación caribeña fuertemente desinstitucionalizada y sumida en el caos político cuyo liderazgo se disputan el primer ministro Claude Joseph, Ariel Henry y Joseph Lambert, respaldado por ocho senadores. Joseph ha destacado que «hay intereses para desviar la investigación», aunque «no se echará para atrás». Exclamó que «no podrán borrar rastros para liberarse del crimen» advirtiendo «sobre un gran complot para cesar» la operación. Nadie se libra de las acusaciones y el asesinato del presidente de Haití puede acabar sin un motivo y un sospechoso claros.

El medio colombiano Noticias Caracol ha informado que el propio primer ministro sería el autor intelectual del ataque, por los detalles en las indagaciones del FBI trasladado a la isla, junto a autoridades de Haití. Lo único claro es que Jovenel será enterrado en un funeral de Estado en Cap-Haitien, de donde es oriundo, y en el que se espera la asistencia de Martine Moïse, su mujer herida.