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Jue, Abr

Putin deja abierta la vía diplomática mientras amenaza con reconocer la independencia del Donbass

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El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó ayer que las posibilidades de diálogo no se han agotado

 

(ABC).- La presunta certeza de Estados Unidos de que Rusia invadirá Ucrania, si no mañana miércoles 16 de febrero, como aseguró en un principio, sí en los próximos días, se sigue percibiendo en Moscú como una «provocación», en recientes palabras del presidente, Vladímir Putin, a su homólogo americano, Joe Biden, y se considera, según la portavoz de Exteriores rusa, María Zajárova, una «presión intolerable».

Hasta ahora, las autoridades rusas han repetido una y otra vez que no hay planes de atacar Ucrania, aunque también han rechazado los llamamientos de Occidente a retirar sus tropas de la frontera con ese país, que es lo que en Washington y en las capitales europeas se consideraría el principal signo de «desescalada».

En este contexto, Moscú dio ayer una de cal y otra de arena.

Por un lado, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dijo que hace falta «intensificar los contactos» con EE.UU. y la OTAN, ya que, según sus palabras, «siempre hay posibilidad» de alcanzar un acuerdo. Mientras, por otro lado, la Duma (Cámara Baja del Parlamento ruso) ha tomado la decisión de poner en manos de Putin la posibilidad de reconocer la independencia de Donbass, amenaza que haría saltar por los aires cualquier posibilidad de solución pacífica del conflicto en Ucrania.

Los legisladores rusos consensuaron ayer dos variantes del texto que será discutido hoy en el seno del Consejo de la Duma Estatal (Cámara Baja del Parlamento ruso) para remitir al presidente Vladímir Putin con la petición de que reconozca la independencia de las repúblicas rebeldes de Donetsk y Lugansk (Donbass), ambas integradas en el territorio de Ucrania de acuerdo con la ONU y el Derecho Internacional, como ya se hizo en relación con las provincias georgianas de Osetia del Sur y Abjasia en 2008.

Posibilidad de acuerdo

Mientras tanto, Putin mantuvo ayer reuniones separadas con Lavrov y con el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, haciendo uso en esta ocasión de una mesa más larga todavía que la que se pudo ver el otro día cuando recibió en el Kremlin al presidente francés, Emmanuel Macron. El máximo dirigente ruso le preguntó a su titular de Exteriores si «existe la posibilidad de llegar a un acuerdo con nuestros socios sobre las cuestiones claves que nos preocupan o se trata de envolvernos en un proceso interminable de conversaciones».

Lavrov respondió que, efectivamente, existe tal peligro y «hemos advertido que sería inadmisible que las conversaciones se prolongaran de forma interminable cuando son cuestiones que requieren una solución hoy día». Al mismo tiempo, el jefe de la diplomacia rusa señaló que «posibilidad hay siempre» de llegar a acuerdos.

Según sus palabras, «hay que continuar e intensificar los contactos con EE.UU. y la OTAN con el compromiso de clarificar que tenemos razón, estando además preparados para escuchar contraargumentos (…) me parece que nuestras posibilidades –de diálogo- están lejos de agotarse». En su encuentro con Shoigú, Putin escuchó de él que «parte de las maniobras militares en curso están en fase de finalización y otras terminarán en breve», en una escenificación de aparente distensión.