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Mié, Abr

La invasión rusa de Ucrania causa la muerte de 64 menores y diez millones de desplazados, según la ONU

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Tres millones de refugiados han huido de la guerra a los países de los alrededores, sobre todo a Polonia

(ABC).- Hasta el 24 de febrero, buena parte de los ucranianos vivía con la normalidad de un país europeo, a pesar de la ansiedad por un posible ataque del ejército ruso acumulado en las regiones fronterizas: la rutina del trabajo o del colegio, los cafés llenos, el deporte, la cultura, los amigos… Tres semanas y media después, el país está destrozado por la invasión de Rusia y esa vida ha desaparecido. La ha suplantado la guerra, que ha provocado una catástrofe humanitaria de una magnitud que no se veía en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

 

Hasta el 24 de febrero, buena parte de los ucranianos vivía con la normalidad de un país europeo, a pesar de la ansiedad por un posible ataque del ejército ruso acumulado en las regiones fronterizas: la rutina del trabajo o del colegio, los cafés llenos, el deporte, la cultura, los amigos… Tres semanas y media después, el país está destrozado por la invasión de Rusia y esa vida ha desaparecido. La ha suplantado la guerra, que ha provocado una catástrofe humanitaria de una magnitud que no se veía en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

El ataque ruso, centrado en las principales ciudades del este y del sur de Ucrania (Leópolis, en el oeste, y Odesa, en el suroeste, todavía no han sido asediadas), ha provocado una oleada descomunal de desplazados, según los datos que ofrece la ONU.

 

Ya son más de tres millones de refugiados que han huido a países de los alrededores, según el informe actualizado esta semana por la Organización Internacional de la Migración (IOM, en sus siglas en inglés), una de las agencias de la ONU. A ellos se unen otros 6,5 millones de personas que han tenido que dejar sus hogares y están desplazados dentro del propio país. Desde el comienzo de la invasión, e incluso desde antes, cuando llegaban las advertencias de una posible agresión rusa, cientos de miles de personas han huido hacia el oeste, las regiones más alejadas de los frentes. Julia Dereka, una ucraniana que vive en EE.UU., aseguraba a este periódico que una amiga de la infancia, que vive en Leópolis, tenía a 80 refugiados del este en su casa. Muchísimas familias de esa región están en la misma situación.

 

En total son cerca de diez millones de personas que han tenido que huir de sus hogares, dentro o fuera de Ucrania, para un país de 44 millones de habitantes. Es decir, casi uno de cada cuatro ucranianos han dejado sus pueblos y sus ciudades para escapar de la guerra. Muchos más, según la IOM no pueden ni siquiera hacerlo. El informe calcula que hay más de 12 millones de personas «atrapadas en zonas afectadas o incapaces de huir por los riesgos de seguridad, la destrucción de puentes y carreteras o la falta de información o recursos sobre dónde encontrar un lugar seguro».

Los que quedan bloqueados en los frentes, tienen cada día problemas mayores para acceder a agua, alimentos o electricidad. Hasta este viernes, la ONU no fue capaz de hacer llegar su convoy humanitario hasta la ciudad de Sumy, donde hay 35.000 personas atrapadas. Muchos de ellos son ancianos y personas con dificultades para moverse.

 

El presidente del país, Volodimir Zelenski, ha acusado a las fuerzas rusas de bloquear el acceso de ayuda humanitaria y de atacar los corredores para la evacuación de civiles. «Es un crimen de guerra», dijo la noche del viernes en una alocución televisada. «Cada líder ruso que dé esas órdenes y cada soldado ruso que las lleve a cabo serán identificados. Y recibirán un billete de ida a la La Haya, donde está el Tribunal Penal Internacional». Zelenski detalló que en Mariúpol, la ciudad del sur que sufre uno de los peores asedios de la guerra, se ha evacuado a nueve mil personas. Un grupo de 300 civiles fueron evacuados por las fueras rusas a la región cercana de Rostov, en Rusia.

 

«Escenario desalentador»

 

Según los datos de Unicef, entre quienes han salido de Ucrania hacia el extranjero hay 1,5 millones de niños refugiados. La organización ha registrado hasta 500 menores que han cruzado la frontera hacia el extranjero sin la compañía de adultos, pero cree que los números reales son mayores. La extensión de la crisis humanitaria está a punto de igualar la de la guerra en Siria, donde se registraron 13 millones de desplazados. Ucrania está cerca de llegar a ese número en menos de un mes.

 

La ONU también detalló la cifra de víctimas civiles en lo que va de guerra: 847 muertos, 64 de ellos menores. Según las cifras de las autoridades ucranianas, el número de víctimas entre la población infantil es de 112, además de 140 heridos. También se han registrado 1.399 heridos entre la población civil. La organización internacional reconoce que el número real es «considerablemente mayor», pero que, entre bombardeos y problemas de acceso a las ciudades asediadas, esos son los que ha podido certificar. Por ejemplo, todavía no se han contabilizado las víctimas en Mariúpol.

«La mayoría de las víctimas registradas son a causa del uso de armas explosivas de impacto amplio, incluidas bombas de artillería pesada y ataques aéreos y de misiles», dijo en un comunicado la Oficina del Alta Comisionado para Derechos Humanos de la ONU. «El escenario es desalentador y todavía puede empeorar más», ha dicho Martin Griffiths, subsecretario general de la organización internacional para asuntos humanitarios.

 

La gran mayoría de la población desplazada proviene del entorno de Kiev, la capital del país, y de las regiones del este, donde las fuerzas rusas y los separatistas que combaten junto a Moscú tienen más poder. El 29,9% y el 36,2% provienen de esas dos zonas, respectivamente. La información proporcionada por la IMO también ofrece un panorama desolador sobre el cobijo que tienen los desplazados ucranianos: solo algo más del 20% están alojados en una casa de su propiedad o que ellos mismos alquilan. El 32% se cobija con algún familiar, mientras que el resto están refugiados en búnkeres o sótanos, en centros comunitarios, en casas de desconocidos, en hoteles u hostales o están en la calle.