Dos comunicadoras fueron tiroteadas lunes pasado en el estado de Veracruz, a plena luz del día
La periodista Yesenia Mollinedo Falconi y la camarógrafa Sheila Johana García Olivera, del portal de noticias El Veraz, han sido asesinadas a tiros en la tarde del lunes en la localidad de Cosoleacaque, en el estado mexicano de Veracruz. La Fiscalía General ha informado de que se ha abierto una investigación, según su cuenta de Twitter.
Por su parte, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, ha lamentado el asesinato de las dos comunicadoras y ha informado de que «se ha activado ya un operativo coordinado de búsqueda de los responsables», según ha informado el diario 'El Universal'.
Alberto Villarello Ahued, subdirector de ‘El Dictamen’, y cuya familia es propietaria de este periódico, el más antiguo de México con 124 años de historia y el tercero de Latinoamérica, está considerado el decano de la información en Veracruz, estado mexicano que bordea el Golfo de México.
Su testimonio es el adecuado para escudriñar y dar perspectiva a la muerte de las dos periodistas: «El lamentable suceso impacta todavía más ya que no hay un resguardo seguro para los periodistas», comenta Villarello, porque el suceso ocurrió a la luz del día en la esquina de un ‘Oxxo’, a la salida de esta conocida tienda de autoservicio que tiene mucha afluencia.
La ola sanguinaria sin pudor contra la información continúa como demuestra el asesinato de Yesenia y Sheila que se convierten en la décima y undécima víctima de informadores en lo que va de año. Los dos trágicos (pero asombrosamente comunes) asesinatos se produjeron minutos después de que una manifestación recorriera las calles del centro de Veracruz por el fallecimiento violento de otro compañero el pasado lunes.
«Te deja impactado», aclara Villarello. «Es muy triste porque el trabajo de un periodista es informar a la ciudad de lo que ocurre. Es preocupante que no haya habido respuesta de las autoridades porque los casos siguen ocurriendo. La muerte de periodistas ya son más frecuentes. La profesión se ha convertido, sin duda, en la más peligrosa de México», concluye.
Siguiendo la tónica general, las autoridades no han dado una respuesta con un resultado claro a la muerte de las dos periodistas, pero sí se ha dado a entender que está detrás la delincuencia organizada.
En 2021, siete periodistas perdieron en la vida lo que suma un total de 47 muertos en cinco años. Según Reporteros Sin Fronteras (RSF), México mantiene por tercer año consecutivo su liderazgo como el país más peligroso del mundo para la prensa.