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Jue, Abr

La OMS activa su máximo nivel de alerta por la viruela del mono

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A pesar de que los expertos no han alcanzado un consenso, el organismo realiza la declaración porque «el brote cumple todos los requisitos»

A pesar de que los miembros del Comité de Emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no se han puesto de acuerdo, tras varios días de reunión en Ginebra, sobre la necesidad de declarar la viruela del mono emergencia sanitaria de carácter internacional la agencia sanitaria ha activado este sábado el máximo nivel de alerta por esta enfermedad.

La OMS reconoce que el brote permanece prácticamente contenido en una determinada categoría de la población, hombres que practican sexo con otros hombres, pero considera que hay que frenarlo lo antes posible porque ya afecta a unas 17.000 personas en casi 75 países y que, por este motivo, hay que intensificar medidas a nivel internacional.

Activando el nivel máximo de alerta sanitaria el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, espera provocar una reacción sanitaria coordinada a nivel internacional que movilice los recursos financieros necesarios y ponga en marcha la cooperación mundial sobre vacunas y tratamientos.

«He decidido declarar la viruela del mono emergencia sanitaria de carácter internacional», ha declarado durante una rueda de prensa, celebrada este sábado, el máximo representante de la OMS. Aunque la mayoría de los casos de viruela del mono se concentran en Europa Tedros ha afirmado que «tenemos que mostrar solidaridad con el resto de la población mundial».

Una de las preocupaciones del organismo es que a medida que se transmite este virus cambie de forma de transmisión y pueda propagarse entre niños, adolescentes o personas inmunodeprimidas. Sin embargo, la OMS reconoce que el riesgo de contagio continua estando a un nivel relativamente moderado.

Tedros ha tomado unilateralmente esta decisión tras una reunión de dos días, en Ginebra, del Comité de Expertos, órgano de la OMS encargado de asesorar al director general sobre cuestiones sanitarias graves, a nivel internacional. Este grupo, compuesto de una decena de científicos, no se puso de acuerdo sobre la necesidad o no de activar el nivel máximo de alerta.

Los expertos ya se reunieron, hace un mes, para evaluar el nivel de urgencia sanitaria de la viruela del mono, entonces habían en todo el mundo unos 3000 casos confirmados, y en esta ocasión tampoco hubo consenso para declarar la emergencia porque los expertos consideraron que no había peligro de contagio masivo.

Detectada a principios del pasado mes de mayo, la viruela del mono se ha extendido de forma virulenta fuera de las regiones de África central o del oeste donde el virus está presente de forma endémica. Desde entonces, se ha propagado por el mundo entero siendo Europa el continente más afectado.

Esta enfermedad fue detectada, por primera vez, en 1970 en el hombre y es menos contagiosa que su prima hermana la viruela, erradicada en 1980. La mayoría de los pacientes son de sexo masculino y menores de cuarenta años. La doctora Rosamund Lewis explicó a la prensa que «el 99% de los casos registrados fuera de África son hombres, principalmente homosexuales con múltiples parejas, nuevas o anónimas».

Sólo en siete ocasiones la OMS ha declarado una situación sanitaria urgente a nivel internacional por calificar el brote infeccioso de «grave, inusual, repentino o inesperado». De acuerdo con el organismo se trata de «un acontecimiento extraordinario» cuya propagación representa un «riesgo para la salud pública de otros países que necesita una acción internacional coordinada».

Un estudio publicado, el pasado jueves, por la revista científica 'New England Journal of Medicine', el mayor realizado hasta ahora, que recoge datos de 16 países, confirma que el 95% de los casos recientes se contagió durante un contacto sexual y que 98% de las personas afectadas eran hombres gais o bisexuales.

 

«Este modo de transmisión constituye una oportunidad para instaurar intervenciones de salud pública específicas al tiempo que representa un desafío porque en algunos países las comunidades afectadas se enfrentan a discriminaciones que llegan a poner en peligro su propia vida», observó Tedros.