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Mar, Abr

Trump asegura que México «no pagará el muro con un cheque» sino con aranceles

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Ayer, durante su viaje a la frontera, volvió a amenazar con declarar el estado de emergencia

Donald Trump visitó ayer la frontera con México, a la que llegó con el puño en alto y anunciando que planea declarar el estado de emergencia para poder movilizar fondos del Pentágono y construir un muro que le niegan los demócratas en el Capitolio. «Tengo todo el derecho de declarar el estado de emergencia, de hecho mis abogados me han aconsejado que lo haga», dijo el presidente de camino a la frontera.

En el vuelo de casi cuatro horas de Washington a Texas, Trump se hizo acompañar en el avión Air Force One por varios ministros, asesores y abogados de la Casa Blanca, con los que analizó la posibilidad de apropiarse de fondos militares para construir el muro, para el que necesita un total de 20.000 millones de euros, de los que el Pentágono dispone en principio para otros proyectos no acabados.

Una reunión con los líderes demócratas el miércoles en la sala de crisis de la Casa Blanca acabó en menos de diez minutos, con el presidente dando un manotazo en la mesa y dejando a los demás con la palabra en la boca mientras se despedía con un «bye bye». Los demócratas no ceden, él no cede y la única opción que queda, la última de todas, es declarar el estado de emergencia.

Si el presidente lo declara, como hizo George W. Bush tras los ataques terroristas de 2001 y el paso del huracán Katrina en 2004, puede encargar labores de construcción al ejército. En su primer discurso televisado a la nación, el martes por la noche, Trump definió la situación en la frontera como «una crisis humanitaria y de seguridad».

Ayer, añadió: «Si tengo que declarar una emergencia nacional, lo haré. No tengo duda sobre ello, lo haré. Tengo el derecho de declararla. Es una medida que fue aprobada por el Congreso. Otros presidentes lo han usado. Algunos bastante a menudo. Tengo el derecho total de declarar una emergencia nacional. No lo he hecho todavía. Puedo hacerlo Si esto no funciona, probablemente lo haré. Casi diría que lo haré definitivamente».

Requisas en la frontera

Trump se reunió ayer con agentes de policía fronteriza en la base de McAllen, en Texas, e inspeccionó material requisado a inmigrantes ilegales detenidos tras cruzar desde México: dos rifles de asalto AR-15 y AK-47, tres pistolas Colt, una bolsa con 360.000 dólares y ladrillos de heroína y metanfetaminas.

«Esa gente conduce hasta aquí con sus coches, porque no hay seguridad y no hay muro. Son coches enormes, muy poderosos, mejores de los que tiene nuestra policía. Trafican con personas, traen a mujeres atadas y la boca tapada con cinta aislante. Traen miembros de bandas criminales. Todo eso se acabaría si tuviéramos un muro», dijo el presidente en una conversación con agentes de frontera, ofreciendo datos imposibles de contrastar.

Preguntado por su afirmación de que México pagará por el muro, Trump aclaró que será indirectamente con aranceles. «No es que nos vayan a mandar un cheque, no me refiero a eso», dijo ayer.

Justo en la jornada de la visita de Trump a Tejas, el Gobierno norteamericano reveló que diciembre marcó un récord de inmigrantes sin papeles detenidos por cruzar ilegalmente desde México. En total, los agentes de fronteras detuvieron a 60.782 personas, entre ellas dos menores guatemaltecos que murieron en sendos hospitales mientras se hallaban bajo custodia policial.

El cierre de la Administración cumplirá mañana 22 días y será el más largo de la historia del país. Este viernes deberían recibir sus salarios la mayoría de los 800.000 funcionarios que han quedado suspendidos de sueldo. Trump se ha negado a ratificar los presupuestos si los demócratas no incluyen en ellos 5.700 millones de dólares (5.000 millones de euros) para construir al menos 300 kilómetros de muro.

Cerrar filas

Los demócratas se han ofrecido a aprobar presupuestos para todos los ministerios afectados y dejar de lado la negociación sobre el muro. Los líderes republicanos del Senado, cerrando filas con el presidente, bloquearon ayer cualquier ley presupuestaria que no incluya fondos para el muro. Sin embargo, no todos los republicanos piensan igual. En una reunión con Trump el miércoles, dos senadoras conservadoras, Susan Collins de Maine y Lisa Murkowski de Alaska, le pidieron públicamente que reabra la administración de una vez por todas.

Aunque al presidente se le ha visto en público molesto por el bloqueo sobre el muro, la nueva presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, dijo ayer en una rueda de prensa que está convencida de que el caos en el que ha sumido Trump a Washington es una estrategia para distraer a la ciudadanía de problemas más graves como la investigación sobre la trama rusa.

«Creo que el presidente Trump está encantado por cómo este asunto está distrayendo a la nación de otros problemas», dijo Pelosi en el Capitolio. «Ni siquiera tengo claro que quiera construir un muro, creo que lo único que quiere es que estemos peleándonos por el muro».

Lo cierto es que el presidente ha logrado que en Washington sólo se hable de una cosa: el muro. Es la única agenda política desde finales de 2018, con los funcionarios impagados interpretando el papel involuntario de víctimas colaterales.