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Jue, Abr

Liberados en Birmania los dos periodistas de Reuters condenados por destapar las matanzas de rohingyas

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En un caso que ha desatado las críticas contra la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, auténtica «mujer fuerte» del país, llevaban más de 500 días entre rejas

(ABC) Después de más de un año y medio entre rejas, este martes por fin han sido liberados los dos periodistas de Reuters en Birmania condenados por destapar las matanzas de rohingyas(pronúnciese «rojinga»), que provocaron en 2017 un éxodo de más de 700.000 personas de esta etnia musulmana al vecino Bangladés. Según informa dicha agencia, sus dos reporteros, Wa Lone, de 33 años, y Kyaw Soe Oo, de 29, se han beneficiado de una amnistía que ha liberado a otros 6.520 reclusos. Desde el mes pasado, el presidente del país, Win Myint, ha liberado a varios miles de presos como suele ser habitual en las festividades del año nuevo birmano, que empezó el 17 de abril.

En un caso que destapó la más unánime condena internacional, Wa Lone y Kyaw Soe Oo fueron condenados en septiembre a siete años de cárcel por violar la ley de secretos oficiales. Bajo ese eufemismo, las autoridades de Myanmar (nombre oficial de la antigua Birmania) los ponían a buen recaudo por desvelar el asesinato de diez rohingyas a manos del Ejército en un pueblo del Estado de Rakhine (pronúnciese Rajáin), al este del país. Un episodio más de la «limpieza étnica de libro», según definición de la ONU, que los militares birmanos llevaron a cabo en agosto de 2017 contra los pueblos de esta etnia musulmana después de un atentado contra una base y varios puestos de control. En este país de mayoría budista, los rohingyas viven como auténticos parias y muchos de ellos no tienen ni documentos de identidad porque el Gobierno no los reconoce como una etnia nacional.

En diciembre de 2017, cuando los dos reporteros de Reuters estaban investigando las masacres de rohingyas, fueron arrestados al caer en una trampa que les tendieron las propias autoridades. Su detención desató una ola de críticas internacionales por esta flagrante violación de la libertad de información que fueron dirigidas, muy especialmente, contra la auténtica «mujer fuerte» de Birmania, Aung San Suu Kyi. Ganadora del premio Nobel de la Paz en 1991, se ha pasado quince años bajo arresto domiciliario por oponerse a la dictadura militar que gobernó hasta las elecciones de 2015, que ganó su partido. Aunque «La Dama» no es la presidenta de Birmania, dirige el Gobierno, pero en todo este tiempo no ha salido en defensa de los dos periodistas pese a su pasado como activista por la democracia y los derechos humanos. De igual modo, también ha guardado silencio sobre las matanzas de rohingyas, lo que ha ensuciado la buena imagen que se tenía de ella y revela el difícil equilibrio de poder de su Gobierno con el Ejército.

Ganadores el año pasado del premio Pulitzer junto a Jamal Khashoggi, el periodista saudí asesinado en el consulado de su país en Turquía, los dos periodistas birmanos por fin pueden abrazar a su familia después de más de 500 días en prisión. «Estoy realmente feliz y animado por ver a mi familia y a mis colegas», manifestó al salir de la cárcel Wan Lone, quien también aseguró que «no puedo esperar por volver a la redacción».