23
Mar, Abr

TIROTEO... Al menos 20 muertos en un tiroteo en un centro comercial de Texas

Mundo
Typography

El autor es Patrick Crusius, un texano de 21 años al que se le atribuye un manifiesto en el que justifica el ataque por la «invasión de hispanos»

(ABC) Un centro comercial ha vuelto a ser el escenario de la última matanza con armas de fuego. Ocurrió ayer en el «mall» Cielo Vista, en El Paso (Texas), una ciudad fronteriza con México. Un joven texano de 21 años, identificado por las autoridades como Patrick Crusius, abrió fuego contra la multitud hacia las diez de la mañana (cinco de la tarde en España). Al cierre de esta edición, el gobernador de Texas, Greg Abbott, había confirmado 20 víctimas mortales, aunque la cifra podría subir. Había también 26 heridos, atendidos en diversos hospitales de la ciudad y alguno de ellos en condición crítica.

La tragedia se produjo en un supermercado del gigante Walmart que se aloja dentro del centro comercial. Una cajera de la tienda aseguró a la NBC que cuando empezaron a sonar los disparos ella creía que se habían caído cajas. Otros testigos lo relacionaron en un primer momento con ruido de construcción. Luego se desató la histeria cuando se comprobó que era un nuevo ataque armado contra población civil en EE.UU. Cielo Vista es un centro comercial muy popular en El Paso, visitado tanto por quienes viven en el lado estadounidense de la frontera, como por quienes vienen de Ciudad Juárez, en el lado mexicano. Últimamente, el endurecimiento de la política migratoria impulsado por Donald Trump había reducido el tráfico de visitantes desde México.

Contra los inmigrantes

Crusius, al que las cámaras de seguridad del supermercado captaron con camiseta oscura, pantalón caqui, cascos protectores del oído y un fusil de asalto, fue detenido después del ataque y está bajo custodia policial. Su última dirección está en Allen, un suburbio de Dallas, también en Texas

Las autoridades investigaban ayer un manifiesto que podría haber sido publicado en redes sociales por Crusius antes del ataque. En él se celebra al autor de las matanzas de Christchurch en Nueva Zelanda, que causaron 49 muertos, y se vierten opiniones contra los inmigrantes. «Este ataque es una respuesta a la invasión hispana de Texas», dice el texto, que no se ha podido confirmar de momento que pertenezca a Crusius. «Simplemente estoy defendiendo a mi país de una sustitución cultural y étnica provocada por una invasión». La «invasión» es un término que ha sido utilizado en numerosas ocasiones por Trump para describir la entrada de inmigrantes indocumentados en la frontera Sur y justificar la construcción del muro con México.

A falta de que se confirme el número total de fallecidos, la matanza de ayer es el mayor episodio de violencia con armas en EE.UU. desde el ataque a una iglesia en Sutherlands Spring, también en Texas, donde murieron 27 personas. Pero es ya la tercera que se produce en solo una semana en el país, después de los dos muertos en un supermercado de Misisipí (también en un Walmart) y de otras tres víctimas mortales en una feria gastronómica cerca de San José, en California.

«Horrible tiroteo en El Paso, Texas», reaccionó Trump en Twitter, donde ofreció «total apoyo» a las autoridades texanas y deseó que «Dios esté con todos vosotros». Los representantes políticos del estado -de fuerte implantación republicana y donde la defensa del acceso a las armas es muy sólida- mandaron oraciones y condolencias a las víctimas.

La polémica de las armas

La oposición demócrata fue más allá del consuelo hacia los familiares y exigió, una vez más, acción política para acabar con la lacra de la violencia de las armas de fuego. Entre ellos, se pronunciaron los candidatos del partido a la presidencia de EE.UU.: Joe Biden cuestionó «cuántas vidas se van a cortar» antes de atajar la «epidemia de la violencia con armas»; Kamala Harris dijo que las oraciones a las familias y los agradecimientos a las fuerzas de seguridad no son suficientes, «hay que actuar»; Bernie Sanders criticó como «por desgracia, después de estas tragedias el Senado no hace nada»; y Cory Booker exigió «acabar con esta pesadilla nacional» y que el país «encuentre el coraje para actuar y acabar con esta carnicería».

Entre los primeros en reaccionar fue el también candidato Beto O’Rourke, natural de El Paso, y que en el pasado representó al distrito de esa localidad en la Cámara de Representantes. «Estoy inmensamente triste», dijo en un mitin en Las Vegas. Pocos días antes, había hablado con orgullo de cómo El Paso, ciudad de inmigrantes, es uno de los sitios más seguros del país. Y eso es una de las cosas más perturbadoras de estas tragedias: en Estados Unidos, nadie está a salvo de ellas.