Se trató, en su día, del primer comando yihadista femenino, con una ambición criminal muy fuera de lo común
El Tribunal de París ha condenado a penas de 20 y 30 años de cárcel a las cinco mujeres que integraban un delirante comanda yihadista que había proyectado hacer estallar un coche bomba en las inmediaciones de la catedral de Notre Dame, la noche del 3 al 4 de septiembre del 2016.
Se trataba, en su día, del primer comando yihadista femenino, con una ambición criminal muy fuera de lo común: provocar una matanza a las puertas de uno de los grandes monumentos que encarnan y simbolizan la identidad cultural de Francia y Europa.
Inés Madani (22 años) y Ornella Gilligmann (31 años) se habían radicalizado «en solitario», a través de internet, siguiendo la «doctrina» y consignas prácticas de Rachid Kassim, un yihadista francés, nacido en la Roanne (108.000 habitantes), en la Francia profunda, en la región de Auvergne-Rhône-Alpes, de padre argelino y madre yemenita.
Rachid Kassim tuvo una cierta y siniestra celebridad, como «inspirador» de varios atentados terroristas, antes de ser asesinado por un dron franco / americano, en Afganistán, cerca de Mosul, el mes de febrero de 2017, cuando los gobiernos de Francia y EE. UU. coordinaron varias operaciones de asesinatos selectivos.
Inés Madani y Ornella Gilligmann descubrieron el islam y las más rudimentarias tácticas yihadistas a través de varios vídeos atribuidos a Rachid Kassim. Afortunadamente, fueron unas alumnas tan nulas como inquietantes.
Proyectaron una matanza a las puertas de Notre Dame. Pero cometieron los más burdos errores técnicos: cargaron su coche bomba con depósitos de gasoleo, un combustible que tarda en arder y evitó la matanza. Los servicios de seguridad descubrieron las llamas del vehículo con rapidez y no tardaron mucho en detener a las yihadistas, intentando encontrar refugio de dos cómplices, Amel Sakaou y Sarah Hervouët.
Tres años después, el Tribunal de París ha dictado sus condenas: 30 años de cárcel para Inés Madani, 25 años para Ornella Gulligmann, 20 años para Hervouet y Sakakou. Una última cómplice, Sabia Chalel ha sido condenada a solo 5 años de cárcel, por ayudar a las dos primeras a intentar huir, en vano.