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Mié, Abr

Medio EE.UU. relaja las medidas pese a que el virus sigue agresivo

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EE.UU. proyecta el doble de muertes en junio mientras los estados avanzan en la apertura

(AABC) Cerca de la mitad de los estados de EE.UU. han comenzado a levantar de forma significativa las restricciones para frenar la expansión del coronavirus, algunos gobernadores se enfrentan a protestas por no acelerar más esa reapertura y el presidente del país, Donald Trump, hace equilibrios entre defender a quienes protestan -forman parte de sus bases- y establecer una desescalada segura, sin empeorar la epidemia. El aceleramiento de la vuelta a la normalidad contrasta con las nuevas proyecciones sobre la evolución de la epidemia en EE.UU., que empeoran un escenario que ya es devastador, con casi 1,2 millones de contagios y casi 70 mil fallecidos. Según un documento de los Centros para la Prevención y el Control de las Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés), la autoridad médica de EE.UU., la cifra diaria de fallecidos se elevará hasta 3 mil  decesos a comienzos de junio, muy por encima del rango de entre 1 mil 500 y 2 mil en el que se mueve ahora. También se dispararon los contagios, con cerca de 200 mil nuevos casos por día a finales de mes, frente a los 25 mil diarios en la actualidad.

El documento fue elaborado junto a la agencia federal de emergencias de EE.UU. (FEMA, en sus siglas en inglés) y fue revelado por «The New York Times». Poco después, un portavoz de la Casa Blanca, Judd Deere, aseguró que el documento no había sido «revisado» ni presentado al grupo especial de trabajo del coronavirus -liderado por el vicepresidente, Mike Pence- y «no refleja ninguno de los modelos realizados o analizados».

Las nuevas proyecciones muestran una vez más la tensión y las incertidumbre sobre cómo y cuándo levantar las restricciones en el país, un proceso en el que Trump ha tenido una postura ambivalente. El presidente de EE.UU. ha oscilado entre pronosticar el fin de las restricciones de forma irreal (a finales de marzo dijo que el país estaría «en marcha» en Pascua, el 12 de abril) o dejarlas en pie de forma indefinida «hasta el comienzo del verano o más allá».

Pero, aunque la Casa Blanca niegue la oficialidad de las últimas proyecciones de los CDC y FEMA, el propio Trump ha corregido su propio pronóstico de la cifra de fallecidos que dejará la crisis. Durante semanas, apuntó que estarían en torno a 60 mil.  A comienzos de la semana pasada, hablaba de 70 mil. El domingo por la noche, en un acto televisivo de Fox News con aroma electoral desde el monumento a Lincoln en Washington, elevó la cifra hasta 100 mil.

La misma ambivalencia ha mostrado Trump cuando llamó a «liberar» estados como Michigan, Minnesota o Virginia -en el primero de ellos hay fuertes brotes-, siguiendo las consignas de grupos que exigían el fin de las restricciones, mientras que en otros casos, como Georgia, ha asegurado que la desescalada se ha producido «demasiado pronto».

El domingo aseguró que es posible «satisfacer» tanto a quienes quieren menos restricciones como a quienes creen que no es seguro que se levanten y animó a los estadounidenses a acudir a parques y playas «con cierta distancia».

Las palabras de Trump cerraban un fin de semana agitado en EE.UU., con muchas denuncias de incumplimiento de las normas de distanciamiento o de uso de mascarilla y con protestas en Capitolios y desobediencia de autoridades: dos shérifs de Arizona aseguraron ayer que no harían cumplir la orden de confinamiento que rige en el estado.

La realidad es que EE.UU. entra en un fase de incertidumbre en la epidemia, después de que las normas de confinamiento, que afectaron a cerca del 90% del país, empiecen a relajarse. En Florida, se puede ir a restaurantes, con medidas especiales, en los condados menos afectados. Tres cines funcionan ya en San Antonio (Texas). Los negocios empiezan a abrir en estados como Iowa, Minnesota, Tennessee, Nebraska o el propio Texas, a pesar de que los casos siguen creciendo en esos territorios.

En Nueva York, el epicentro de la crisis en EE.UU., la situación mejora, con reducción de hospitalizaciones y de número de muertos (ayer fueron 226, el número más bajo desde el 27 de abril), pero en otras grandes ciudades, como Chicago o Los Ángeles, los casos siguen repuntando. El temor para los expertos es que la relajación, que se nota en la ciudadanía, desde los parques de Nueva York a las playas de California, provoque una regresión al punto de máxima expansión de la epidemia, a principios de marzo.