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Sáb, Abr

El voluntario que ha paralizado la vacuna de Astrazeneca podría ser dado de alta hoy mismo

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Por si tuviera que ser descartada, la UE ha firmado convenios con otras cinco farmaceúticas

El ensayo de la vacuna que desarrollan la farmacéutica AstraZeneca y la Universidad de Oxford, por los efectos adversos que provocó en un voluntario, tuvo que ser interrumpido, según trascendió ayer. La noticia supuso un mazazo en un momento en que todas las esperanzas estaban puestas en ella, así como en otras, ante la pandemia más letal que vive el mundo.

No obstante, de los 30  mil voluntarios a los que se les ha suministrado el fármaco, de momento, sólo uno ha desarrollado una enfermedad grave. Se trata de una mielitis transversa (inflamación de la médula espinal) de la que se recupera favorablemente en el hospital y que hoy mismo podría recibir el alta. Faltar por ver si su mal obedece al suministro del fármaco o a otras causas, informa Atlas España.

La investigación ha quedado en pausa y su reanudación depende del visto bueno de un comité de expertos independiente. No obstante, el asesor científico del Gobierno Británico ha apelado a la calma.

« Un parón nunca es algo bueno, pero sucede habitualmente en la fase previa a la comercialización de una vacuna. Saltarse pasos sería un error porque el fármaco no se puede basar en la esperanza, sino, en la evidencia». Por si la vacuna de Oxford tuviera que ser descartada, la Unión Europea ya ha firmado preacuerdos con otras cinco farmaceúticas. Llegado el momento, el acceso a millones de dosis estará garantizado. España iba a recibir 30 millones de dosis.

Ocho ensayos avanzados

No obstante, a pesar de esta noticia, de los cerca de 200 proyectos de vacuna que se están desarrollando en el mundo ocho han alcanzado ya la última fase de ensayos clínicos, y algunas de esas investigaciones pueden comenzar a arrojar los primeros resultados sobre su eficacia y seguridad antes de final de año, informa Efe.

Entre ellas se encuentran las desarrolladas por las farmacéuticas estadounidenses Moderna y Pfizer; las que investigan las compañías chinas CanSino Biologicals, SinoPharm y Sinovac; la de la alemana BioNtech; o las de los centros de investigación rusos Vektor y Gamaleri.

La candidata a vacun en Oxford había dado resultados positivos en los ensayos iniciales y ahora está en fase III, la última antes de obtener todos los permisos tras demostrar la seguridad y la eficacia, para lo que se estaba probando con miles de personas en Reino Unido, Estados Unidos, Brasil y Sudáfrica.

Pero aunque para los ensayos de una vacuna o medicamento no sea excepcional, la decisión ha acaparado toda la atención del mundo.El español Lluis Montoliu, científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y experto en edición genética, apuntó en su cuenta de Twitter que se debería aprovechar esta noticia para convertirla en algo «positivo y esperanzador».«Ante todo seguridad, luego nos preocuparemos de la eficacia», subrayó.

Por su parte, la OMS señaló que, «cuando surge una enfermedad potencialmente inexplicable en el participante de un ensayo, que puede o no tener relación con la vacuna que se está evaluando, investigar es una práctica de rigor».

«Estamos complacidos -destacó la OMS- de ver creadores de vacunas que garantizan la integridad científica de los ensayos y están sujetos a los estándares y reglas del desarrollo de vacunas», indicó la entidad, que coordina los esfuerzos mundiales contra la pandemia.