Consideró que la aprobación-regulación habrá una fuerte oposición tanto nacional como internacional, especialmente de parte del gobierno de los Estados Unidos, pero ya existe una fuerte tendencia también internacional que precisamente pugna por terminar con el modelo prohibicionista y los prejuicios existentes sobre las drogas.
En la opinión del maestro y presidente del Foro Guerrerense de Abogados Alfredo Pérez Zárate, con la probable legalización de la amapola, el estado mexicano tendrá que afrontar un cambio de paradigma en el combate a las drogas, no sólo al interior de México, sino frente a todo el continente americano.
Para el abogado penalista, esto significa que el gobierno tendrá que abandonar el modelo persecutorio de las drogas para, en lo sucesivo, adoptar un amplio esquema de salud pública que dejará de ver a los consumidores de droga como delincuentes, para comenzar a tratarlos como enfermos.
En ese sentido, reiteró, que la probable legalización de la amapola permitirá generar un cambio de paradigma que nos permita terminar con el modelo punitivo y prohibicionista que se practica en México desde los años cincuenta, cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, lo que ha generado un mercado negro de las drogas que lo único que ha causado es muerte, violencia, desplazamientos internos y zozobra.
En su lugar, este modelo persecutorio contra las drogas podría mudar a un modelo de atención a la salud pública, que fincaría el desarrollo y tratamientos de esta planta con objetivos científicos y medicinales.
Consideró que la reciente aprobación de la Ley Amapola en el Congreso local en guerrero, es el primer paso en el objetivo de revertir la situación en este tema de las drogas, que ha sido fuente de violencia en lugar de ser, que es nuestra propuesta, fuente de desarrollo y salud, lo que incluye construir una fuerte política de combate a las adicciones y una estructura de salud pública.
Dijo, que en el ámbito médico-farmacéutico, la opción de desarrollo derivada de la amapola deviene del uso científico y medicinal que esta planta ofrece, lo que permitiría convertir el estado de Guerrero en uno de los principales abastecedores del opiáceo a otros países donde la industria farmacéutica produce medicamentos para uso paliativos de manera libre, legal e informada.
Es decir, Guerrero sería uno de los principales abastecedores de insumos de la planta para muchos otros países del mundo, lo que generaría muchos beneficios económicos al estado como a las aproximadamente 130 mil personas dedicadas a este consumo ilegal, en 11 municipios de Guerrero.
Para conocimiento del público, Turquía y Myanmar son los primeros dos primeros productores de amapola y, como tales, los primeros abastecedores de este opiáceo en el mundo, donde esa planta tiene status legal en 17 países. Ninguno de los países donde la amapola es legal se ubica en América.
Por volumen de producción, así sea en condiciones ilícitas, Guerrero es el primer productor nacional de amapola y tercero en volumen a nivel internacional después de Turquía y Myanmar. Eso significa que si Guerrero fuera un país independiente, sería el tercer productor mundial del opiáceo.
Es claro que para la aprobación-regulación habrá una fuerte oposición tanto nacional como internacional, especialmente de parte del gobierno de los Estados Unidos, pero ya existe una fuerte tendencia también internacional que precisamente pugna por terminar con el modelo prohibicionista y los prejuicios existentes sobre las drogas.
Según información de organismos internacionales como Naciones Unidas, lo que tenemos ahora es que en los llamados países desarrollados, un 17 por ciento de los enfermos graves consumen el 97 por ciento de los opiáceos disponibles derivados de la amapola -como la morfina, la heroína y la codeína-, pero eso no sucede en México ni en muchos otros países donde estos medicamentos están prohibidos.
Adicionalmente esas ventajas, con la eventual aprobación del uso científico y medicinal del opiáceo, habrá posibilidades de reducir drásticamente la violencia en México así como explotar la faceta médico-farmacéutico de los componentes de esa planta para cuidados paliativos de decenas de miles de enfermos, lo que hasta este momento no existe en el país.
Aunque ha habido críticas a la aprobación de la Ley Amapola en el Congreso local, lo que yo creo es que tenemos que aprovechar esta iniciativa, que prevé proyectos de reformas a la Ley General de Salud y al Código Penal Federal y al Código Nacional de Procedimientos Penales, con el fin de que la eventual legalización del cultivo y uso de la planta tenga vigencia plena con todos los beneficios que ello implica.
Lo que procede en seguida es que el Senado de la República comience su discusión, con las obligadas consultas al público, lo que incluye al mismo gobierno entrante de Andrés Manuel López Obrador, para determinar lo conducente, que en este caso significa cambiar de paradigma, ejercer nuestra soberanía frente a los intereses de los Estados Unidos, y cambiar drásticamente el futuro del país para bien de todos los mexicanos concluyó.