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Jue, Abr

Los bomberos dejan de oír sonidos bajo los escombros del edificio derrumbado en Miami

Policía
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El número de muertos ascienden a nueve, y se buscan aún a más de 150 desaparecidos

(ABC).- Adriana LaFont aseguró el sábado a los reporteros que rezaba para que se produjera el milagro: que los equipos de rescate sacaran con vida a su ex marido, Manny LaFont, de los escombros de Champlain Towers South, el edificio que el jueves pasado se derrumbó en Surfside, en la costa de Miami. «No puedo describir lo que sientes en el estómago. Es horrible, es una pesadilla», dijo y reconoció que, después de ver la montaña de hormigón, metal y yeso bajo la que estaba el padre de sus dos hijos, las esperanzas no eran grandes. Pocas horas después, las autoridades confirmaron a LaFont como uno de los fallecidos en la tragedia.

Al cierre de esta edición, la cifra de muertos llegaba a nueve, aunque no había dudas de que seguiría creciendo con el paso de las horas. Todavía quedaban 156 desaparecidos y, con el paso de las horas y tres días y medio después del derrumbe, la posibilidad de que haya supervivientes se desvanece.

Las autoridades comparecieron este domingo para mantener su compromiso con las labores de rescate y para reafirmar su esperanza de encontrar a supervivientes. Pero también aseguraron que los bomberos habían dejado de escuchar sonidos bajo los escombros. No estaba claro si podían ser de supervivientes o ruido provocado por movimientos de los escombros, pero lo cierto es que para la noche del sábado al domingo ya habían desaparecido.

 

Un problema de suerte

«No nos faltan recursos», defendió este domingo el alcalde de Surfside, Charles Burkett, en una entrevista en ABC News, mientras un contingente de trescientos bomberos y expertos en rescate se afanaban en desmantelar la escombrera para encontrar supervivientes o, como ocurrió ayer, más cadáveres. «No tenemos un problema de recursos, tenemos un problema de suerte. Necesitamos un poco más de suerte».

Pero la suerte no aparecía, a pesar de que la misión de rescate se mantiene día y noche, de la llegada de un equipo especializado dese Israel y del despliegue del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU.

La presión sobre el equipo de rescate y sobre las autoridades es cada vez mayor, en una búsqueda de supervivientes que avanza con lentitud. Varios familiares de desaparecidos lamentaron el ritmo de los trabajos. Erika Benítez, portavoz del servicio de bomberos del condado de Miami-Dade, aseguró que la operación es delicada, y los bomberos tienen que poner mucho cuidado en no mover escombros que puedan provocar otro derrumbe. Otra de las complicaciones del rescate, un fuego que se había declarado bajo la escombrera, había sido ya controlado hoy, según anunció la alcaldesa del condado, Daniella Levine Cava.

Cava también explicó que los bomberos habían abierto una zanja en la escombrera para ayudar en las labores de rescate. La apertura de esa zanja, explicó, es lo que permitió acceder a cuatro cadáveres durante las primeras horas de este domingo.

Por la tarde, un grupo de familiares de víctimas de la tragedia o de desaparecidos fueron conducidos al lugar del derrumbe. «Es un momento privado y profundamente emocional para las familias», dijo un portavoz del condado sobre la visita a los restos del bloque que se desplomó y que están protegidos desde el jueves.

Al mismo tiempo que se engrosa la cifra de fallecidos, la atención también se centra en la seguridad de otros edificios en la zona. Cava anunció la puesta en marcha de una auditoría de 30 días para todos los edificios de más de 40 años en su jurisdicción, que no incluye Surfside. El edificio que se derrumbó de forma parcial, Champlain Towers South, tiene un bloque gemelo, Champlain Towers North, que no resultó afectado por el desplome. El consejo de residentes del edificio –con el mismo diseño y levantado un año después del que cayó– decidió ayer no evacuarlo, después de una inspección exhaustiva realizada el sábado.