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Mié, Abr

Un grupo armado roba más de 15 millones de dólares en el aeropuerto de Santiago de Chile

Policía
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El atraco, calificado por la prensa local como «El nuevo robo del siglo», se saldó con dos vigilantes con heridas leves

(ABC) Desde el mediodía del lunes la policía chilena realiza intensas pesquisas para dar con el paradero de una banda de asaltantes que llegó hasta el aeropuerto de Santiago y sustrajo un millón de euros y 14 millones de dólares en billetes. Los paquetes con el dinero estaban en una bodega de la aerolínea de carga estadounidense Aerosan, a la espera de ser recogidos por camiones de valores que los transportarían a tres sucursales bancarias chilenas. Pero una decena de hombres armados, se adelantaron en dos vehículos a los camiones blindados, y se llevaron el botín más grande en la historia de Chile.

Los asaltantes cruzaron las barreras de control en la zona de bodegas del aeropuerto con credenciales falsas, un furgón pintado con los colores y marcas de la empresa de transportes DHL, una camioneta. La decena de hombres, que vestían uniformes de la misma empresa, portaban armas cortas y un fusil M16, con los que –sin disparar un solo tiro–redujeron a los pocos guardias –entre ellos una mujer–, golpeando a dos de ellos. Cinco minutos después, según muestran las cámaras de seguridad, se retiraron con las bolsas que contenían el millonario botín.

Las grabaciones de la empresa y luego de las autopistas que usaron para la fuga muestran los dos vehículos: la camioneta cubrió la retirada con un hombre encapuchado en la parte posterior portando el fusil-ametralladora. El furgón falso de DHL fue abandonado y quemado parcialmente en un populoso barrio cercano al aeropuerto, lugar desde donde se perdió la pista de la banda.

Dinero del Bank of America

El dinero pertenecía al estadounidense Bank of America y había llegado durante la mañana a Santiago para ser entregado a otras tres entidades bancarias chilenas. Las bolsas estaban a la espera de ser retiradas por la empresa Brinks, bajo custodia de la línea aérea de carga Aerosan, también de EEUU. Por ello, las autoridades del aeropuerto de Santiago, a través de su presidente Miguel Rodríguez, rechazó responsabilidades afirmando que las bodegas de la línea aérea estaban fuera del perímetro de custodia de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), responsable de la seguridad aeroportuaria.

La rápida aclaración de la DGAC tuvo que ver con un asalto similar ocurrido en 2014, cuando un grupo de atracadores se llevaron unos siete millones de dólares. Desde entonces se multiplicaron las medidas de seguridad y acceso a los movimientos de valores en las terminales aéreas chilenas.

El director de la Policía de Investigaciones (PDI), Héctor Espinoza, a cargo de las pesquisas, se reunió el mismo lunes con el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, y calificó el hecho como «grave», cometido por una banda «profesional» que contaba «con información interna» para cometer el asalto.

Las primeras diligencias policiales se concentraron en recoger huellas e indicios que pudieron quedar en el vehículo usado en el asalto, que fue parcialmente quemado. También buscan el origen del vehículo usado en el asalto, sobre cuándo y dónde fue robado. Desde el lunes los investigadores entrevistaron al personal que estaba en las bodegas del aeropuerto, revisaron las cámaras del lugar y de la ruta de escape.

La policía también activó una alerta de fronteras, ante la posibilidad de que el dinero sea sacado de Chile. Asimismo, puso en marcha una pesquisa entre informantes que pudieran entregar datos sobre los asaltantes y quienes pudieran haber financiado la operación que, según dicen los investigadores, tomó tiempo en su planificación y ejecución.

El apuro por encontrar información tiene como antecedente el asalto del 2014, que si bien dejó nuevas medidas de seguridad –más controles de acceso, cámaras de seguridad y protocolos más exigentes para los movimientos y traslados de dineros–, así como la detención de seis de los nueve asaltantes, en cuanto al botín solo fue recuperado un 2% del dinero. Ahora la policía espera mejor suerte.