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Epicentro /Claudio Vargas / Morena sin un líder capaz de unificar a su militancia; un dirigente estatal eterno indeseable y abusón

Política
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El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena)  no tiene a un líder capaz de unificar a la militancia y darle rumbo. En ese partido el dirigente estatal Marcial Rodríguez Saldaña, que entró  como porro de la universidad haciendo trampas, no ha querido dejar el poder, pese a que ya se le venció su término al frente de ese instituto político, con mañas ha buscado perpetuarse al frente, para apoderarse de espacios y mientras margina a los verdaderos morenistas, pone a sus allegados en cargos de elección popular. 

En Morena, bien dicen, que al secretario general del partido con funciones de dirigente estatal, Rodríguez Saldaña, no lo quieren ni en su casa, menos en el partido.  Un tipo gris, agrio pero con una ambición desmedida, que lo ha llevado a apoderarse de los recursos de Morena y  hasta la fecha no informa en qué se gastaron las prerrogativas que recibió  el partido.

 

En este proceso interno, de Morena, tras la caída del “clan de Pablo Amílcar”, el tipo que dejó en desgracia al partido y a decir de muchos militantes, fue el culpable de la guerra sucia en contra de Félix Salgado Macedonio. Ahora sus huestes, andan como alma en pena. Uno de los regidores se fue al PRI, y otros andan mendigando espacios en los que podrían ganar un espacio en el gobierno municipal de Acapulco.

 

En Morena, no hay un liderazgo, capaz de poner orden y generar una fuerza de unidad. No, solamente algunas corrientes que como si fueran perros y gatos se andan peleando espacios tanto en regidurías como en diputaciones locales y federales.  En Morena, piden ya la salida de Rodríguez Saldaña, que deje el espacio para que otro pueda lograr lo que él en todo el tiempo  no pudo hacer, a saber la unidad de las corrientes al interior del partido.

 

Sin experiencia en los procesos electorales, Morena, no pudo sacar con elegancia el proceso de selección interna. Hubo muchos problemas, porque hubo opacidad en la selección de los que serán los llamado representantes populares. Y es que mientras se hizo a un lado a los hombres y mujeres que construyeron el partido de la nada, prefirieron darles espacios de representación popular a gente que de la noche a la mañana aparecieron y fueron beneficiados con esos espacios. 

 

Pasaron por encima de la militancia, no hubo encuestas ni muchos menos las dieron a conocer, fueron acuerdo políticos sin consultar a las bases. Es cierto que todo ciudadano tiene el derecho de participar en una contienda electoral, eso no se discute, pero lo que no se entiende es cómo dieron candidaturas a diputaciones locales  y federales, incluso a políticos que fueron en contra de AMLO en el 2018. Lo peor de todo, a gente que en su vida a caminado con Morena. 

 

Existe un descontento por la forma de cómo se eligieron a los candidatos a diputados locales y federales.  Lo peor de todo que la llamada democracia en Morena es solo un membrete. En los hechos nadie supo cómo los eligieron y  cuál fueron sus méritos para tener una candidatura cuando hubo cientos de aspirantes que soñaron con tener  un cargo de elección popular.

 

Muchos se preguntan porqué Javier Solorio, ex síndico del ayuntamiento de Acapulco, que llegó al poder por Morena y que daba la vida por AMLO, ahora se fue al PRI. Tampoco se sabe  por qué el regidor de Morena, se fue del partido cuando en su vida había hecho política y menos experiencia en los temas de la administración pública. 

 

Es decir, ante todo esto, en Morena, urge de entrada, que cambien de  dirigencia estatal del partido. Que aparezca un verdadero líder que mueva a las masas y que sea capaz de orientar el rumbo de un movimiento con mucha fuerza y simpatía.  El proceso electoral 2021, está en puerta, como también el riesgo de que al candidato al a gubernatura no lo dejen participar al invalidar su candidatura. Aunque la moneda está en el aire, el TRIFE podría regresarle su aspiración y con ello la candidatura que con la mano en la cintura lo llevaría a Casa Guerrero.