Su amasiato con el PRI fue la sepultura del partido de la izquierda, que se quedó sin ideología política
Por: Claudio Vargas
Al concluir el proceso electoral del 6 de junio, se pudo ver la “estrepitosa caída del PRD en Guerrero”. Algunos ciudadanos lo llamaron: “La gran ramera”, por el amasiato que sostuvo con el PRI que finalmente se convirtió en su tumba, al quedarse sin ideología política.
El llamado partido del Sol Azteca, que fue cuna de grandes hombres de izquierda en este país y en el estado, fue de mal en peor. Los ciudadanos, ya no se creyeron el cuento de que se puede prostituir una ideología de un partido que costó decenas de muertos y desaparecidos, por un interés de una cúpula que pasó por encima de su militancia y simpatizantes de ese instituto político.
En la historia de los procesos electorales le había ido tan mal a este partido convertido en nada. La mayoría de la gente en Guerrero, aprendió el juego de la política y en consecuencia, ya no creyeron los discursos acedos de los candidatos del Sol Azteca, convertidos en matraqueros del PRI en una alianza desesperada para frenar la llamada Cuarta Transformación en la entidad.
No se necesita ser genios en la política carroñera, para entender que desde que los llamado “Chuchos”, se comieron al partido, lo llevaron a ser del lugar de las izquierdas a una “Gran Ramera”, como le bautizaron algunos. Y no es para menos, hicieron a un lado al pueblo, llegaron a pensar que ellos podían manipular a medio mundo y que al final se saldrían con la suya, pero sorpresa que se llevaron, cuando vieron los resultados en las sábanas al cierre de la jornada electoral.
La maldición del PRD, llegó con la llegada de bonachón, Ángel Aguirre Rivero, ex gobernador dos veces, que fue el responsable de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Con todo el dinero del mundo, el señor Aguirre, como le llaman algunos, fue apoderándose del PRD hasta hacerlo suyo.
El priista fue muy astuto. Entró al partido del Sol Azteca como la humedad, y gracias a él, le cayó la maldición a un partido de izquierda, que tras venderse como una prostituta, se perdió en el camino a la democracia para juntarse en una alianza perdiendo por completo su ideología política.
El dato que se tiene es que en uno de los municipios más pobres de Guerrero, Cochoapa en grande, no lograron siquiera obtener un solo voto. Lo mismo le pasó a su aliado el PRI. Luego entonces, el PRD quedó en la historia de las desgracias electorales y con el descrédito de cientos de miles de Guerrerenses que en algún momento llegaron a pensar que era una partido u opción de gobierno.
Los responsables de la estrepitosa caída del partido, se lo deben a una vieja generación de políticos astutos y perversos, pero también a una nueva generación de una clase política ambiciosa de poder y con unas mañas que terminaron sepultado la poca credibilidad que aún se tenía.
Mencionar los nombres, es de sobra. Es como darles publicidad gratuita, porque en realidad la gente los conoce y muy bien. Ahora muchos de los que han perdido todo, incluyendo la vergüenza, buscan como vil chapulines, encontrar cobijo en otros partidos.
Algunos de esos personajes, incluyendo mujeres, se fueron a refugiar a Morena, bajo manto de la Cuarta Transformación. Son los que desempeñaron cargos en un gobierno, pero sirvieron para maldita la cosa, y ahora bajo la sombra de AMLO intentan resucitar y buscar cargos de elección popular.
El PRD quedó ya en la historia de las desgracias. El partido que alguna vez fue la esperanza de un México y un Guerrero asqueado de un viejo régimen depredador, ahora es nada. Amén de quienes pudieron haber hecho mucho por ese partido de izquierda, pero pudo más su ambición desmedida que el amor por el pueblo.