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Mar, Abr
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México claudica y para evitar aranceles acepta las exigencias de Trump

Política
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El acuerdo obliga a México a reforzar su frontera sur para evitar la llegada de inmigrantes y a quedarse con los que solicitan asilo

Ante la catástrofe que hubiera supuesto que las empresas y particulares de Estados Unidos tuvieran que pagar hasta 93.000 millones adicionales de impuestos por los productos que cada año adquieren a fabricantes mexicanos, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha acabado aceptando todas las medidas contra la inmigración ilegal que Donald Trump lleva pidiéndole desde que asumió la Presidencia. Tres intensos días de negociaciones aquí en Washington acabaron en la noche del viernes con una fumata blanca que en realidad es más bien una claudicación en toda regla por parte de México.

A Donald Trump su polémica predilección por los aranceles no le podría ir mejor. Esos impuestos sobre las importaciones le han servido para mantener a raya a China, para proteger al sector automotriz estadounidense ante la competencia europea y ahora para obligar a México a hacerse cargo de buena parte de los casi 150.000 sin papeles que cada mes avanzan con destino a Texas, Nuevo México, Arizona o California. El presidente Donald Trump rompe así con décadas de ortodoxia conservadora al defender sin reparos un proteccionismo feroz que además le sirve para conseguir de aliados y adversarios lo que la diplomacia no le ofrece.

Frontera sur

México consigue librarse de los aranceles, que iban a comenzar a aplicarse el lunes, comprometiéndose a «detener la emigración irregular, lo cual incluirá el despliegue de su Guardia Nacional en todo México, dando prioridad a su frontera sur». Según una declaración conjunta de ambos gobiernos, «México también tomará medidas decisivas para desmantelar las organizaciones de tráfico de personas y contrabandistas conjuntamente con sus redes financieras y de transporte ilícitas» y permitirá que «las personas que cruzan la frontera sur de Estados Unidos en busca de asilo sean devueltas rápidamente a territorio mexicano en donde esperarán la adjudicación de su reclamo de asilo».

«Un acuerdo exitoso»

El presidente Donald Trump incluso reveló el número de soldados que México enviará a su frontera con Guatemala: 6.000 soldados.«México hará un gran esfuerzo, y si lo hace, ¡este será un acuerdo muy exitoso tanto para Estados Unidos como para México!», dijo el presidente en Twitter, tras revelar que ambas partes habían sellado un acuerdo a su regreso de un viaje que le llevó a Reino Unido, Irlanda y Francia.

Ya en diciembre, la Casa Blanca había anunciado que enviaría a solicitantes de asilo a México mientras se tramitaba sus peticiones. Desde enero, y según revela la agencia Associated Press, aproximadamente 10.000 personas han sido devueltas de Estados Unidos a México para que aguarden allí a que se procesen sus casos de inmigración. Las autoridades migratorias norteamericanas revelaron que en mayo cruzaron más de 140.000 personas sin documentos, un punto máximo en los pasados siete años.

El triunfalismo de ayer en la Casa Blanca no se contagió al Capitolio, donde los demócratas mantienen que Trump es un experto en venir a solucionar los problemas que él mismo ha creado. «Las amenazas y los berrinches no son forma de negociar con nuestros aliados», dijo ayer Nancy Pelosi, la líder de la oposición y presidenta de la cámara baja. No sólo ella y su partido temían los aranceles. Varios senadores republicanos se disponían a boicotearlos aunque eso provocara, una vez más, la ira de Trump.

Lo cierto es que a falta de acabar un muro fronterizo para el que carece de fondos, nada de lo que ha hecho Trump hasta ahora ha servido para reducir las cifras de llegadas de sin papeles. Ni las reformas del sistema de concesión de asilo; ni la declaración del estado de emergencia; ni el despliegue del Ejército; ni la orden a este -imposible de cumplir- de responder con fuego a cualquier ataque de inmigrantes. Los sin papeles siguen llegando a miles cada día ala frontera sur de Estados Unidos y muchos de ellos son niños que viajan sin la compañía o supervisión de un adulto.

Amenazas

El 31 de mayo el presidente anunció por sorpresa y en Twitter que impondría aranceles del 5 por ciento a absolutamente todos los productos comprados a México a partir del 10 de junio. Estos crecerían hasta el 25 por ciento en octubre si México no acataba las exigencias de la Casa Blanca. Sin protestar, el ministro de Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, se plantó inmediatamente en Washington con el encargo de solucionar el problema como fuera. Ayer fue felicitado por su homólogo norteamericano, Mike Pompeo, por aceptar en realidad prácticamente todo lo que se le pidió.