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Vie, Abr
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Le arrancan parte de la oreja de un mordisco a un político demócrata en las protestas de Hong Kong

Política
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El concejal de distrito Andrew Chiu intentaba mediar en una pelea por motivos políticos, en la que un partidario del régimen chino apuñaló a cuatro personas

La sangre ha corrido este fin de semana en Hong Kong, el vigésimo segundo de protestas reclamando democracia al autoritario régimen chino. Tras una discusión política, un hombre, al parecer partidario del Gobierno, apuñaló este domingo a cuatro personas y le arrancó de un mordisco un trozo de oreja a un político del bando democrático que intentaba mediar en la pelea. En un vídeo difundido en su portal de internet por el periódico «South China Morning Post», el agresor forcejea con el concejal de distrito Andrew Chiu, a quien muerde en la oreja, y luego escupe al suelo parte de la carne ensangrentada.

En medio de escenas de gran tensión y miedo, el atacante fue linchado por la multitud hasta que los sanitarios consiguieron atenderlo. De los seis heridos que dejó el incidente, cuatro hombres y dos mujeres, el agresor y una de sus víctimas siguen hospitalizadas en estado crítico, mientras otras dos personas se hallan graves. Además, hubo otros 17 heridos por los enfrentamientos con la Policía y los gases lacrimógenos. Por su parte, al concejal Andrew Chiu le han injertado el trozo de oreja cortado este lunes, según anunciaba en internet el diputado Shiu Ka-chun, uno de los líderes de la «Revuelta de los Paraguas» en 2014.

Después de casi cinco meses de protestas, la violencia y el vandalismo han repuntado en Hong Kong tras el veto la semana pasada al famoso activista Joshua Wong a las elecciones a concejal de distrito, que se celebrarán el día 24. La prohibición ha vuelto a encender los ánimos, como se vio en la batalla campal en que acabó la popular fiesta de Halloween el jueves por la noche. Aprovechando la oportunidad de disfrazarse, miles de personas desafiaron la reciente «ley antimáscaras» para ocupar la zona de bares en el centro de la isla de Hong Kong, que la Policía antidisturbios cerró y desalojó con gases lacrimógenos.

El sábado, una nueva protesta contra las limitaciones del sistema electoral, no autorizada por la Policía, volvió a desatar graves disturbios tanto en la isla como en la contigua península de Kowloon. Ataviados con sus característicos uniformes negros y cascos amarillos, y pertrechados con máscaras antigás y gafas de plástico, miles de jóvenes y adolescentes prendieron barricadas en llamas y destrozaron comercios afines a China. Bajo las nubes de gases lacrimógenos, la Policía practicó más de 200 arrestos y, según un comunicado del Gobierno, se incautó de 188 cócteles molotov y armas como bastones extensibles. Ya han sido detenidas más de 3.000 personas desde que estallaron las protestas en junio, que empezaron de forma pacífica contra la ley de extradición a China, retirada en septiembre, pero han derivado en una «guerrilla urbana» que cada fin de semana quema la ciudad y ha hundido la economía en la recesión.

De visita en China continental, la jefa ejecutiva del Gobierno local, Carrie Lam, se reúne este miércoles en Pekín con el viceprimer ministro Han Zheng. Su encuentro se produce justo después de que el Cuarto Pleno del Partido Comunista haya anunciado más control sobre el Gobierno y la educación de la antigua colonia británica, que goza de cierta autonomía y más libertades que el resto de China en virtud del principio «un país, dos sistemas». La última vez que Lam visitó Pekín, para asistir al Día Nacional el 1 de octubre, volvió con la controvertida «ley antimáscaras» bajo el brazo. Esta vez, los hongkoneses temen que lo haga con el estado de emergencia o el toque de queda para acabar con las protestas.