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Mié, May

La mitad del planeta está confinado por el coronavirus

Policía
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Nigeria ordena el encierro de la población de sus grandes urbes, Lagos y Abuja

Las ciudades nigerianas de Lagos y Abuja se unen a la lista de ciudades confinadas para intentar detener la propagación del coronavirus. Poco antes lo hizo Moscú, donde no cumplir la cuarentena pueden costar 5 años de prisión. Tras estas drásticas y necesarias medidas impuestas por las diferentes administraciones se estima que hay más de 3.000 millones de personas confinadas en todo el mundo, alrededor del 43% de la población, para frenar la pandemia que cuenta con 700.000 casos confirmados oficialmente y más de 33.000 muertes en todo el mundo.

El presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, fue uno de los últimos jefes de Estado en ordenar el «cese de todos los movimientos» en la ciudad más grande del país, Lagos, y su capital, Abuja, durante dos semanas. «Todos los ciudadanos en estas áreas (que incluye también el estado de Ogun) deben permanecer en sus hogares» a partir de las 22.00 GMT del lunes, anunció Buhari el domingo en un discurso televisado. Solo hospitales tiendas de alimentos y estaciones de servicio permanecerán abiertas, aunque su acceso será «restringido y monitoreado«. Todos los viajes deben ser pospuestos y los negocios y oficinas deberán estar completamente cerrados durante este periodo. Estas medidas se suman a las implementadas con anterioridad y que han resultado insuficientes como el cierre de las escuelas, de los establecimientos que no venden alimentos y limitar las reuniones.

Nigeria, la nación más poblada de África con cerca de 190 millones de personas y el mayor productor de petróleo de África , hasta ahora ha registrado solo 97 infecciones confirmadas y una muerte por COVID-19, pero las pruebas –como en la mayoría de países africanos- han sido limitadas. Las autoridades han advertido que el país corre el riesgo de ver un aumento exponencial en los casos si no se localizan los contactos de los contagiados cuanto antes.

Cumplir un confinamiento obligatorio pone en jaque a millones de personas que viven en la pobreza extrema y dependen de sus ganancias diarias para sobrevivir: "Somos plenamente conscientes de que tales medidas causarán muchas dificultades e inconvenientes a muchos ciudadanos. Pero esto es una cuestión de vida o muerte», dijo Buhari. En la misma línea se pronunció su homólogo sudafricano Cyril Ramaphosa el domingo al visitar al centenar de compatriotas evacuados de Wuhan y que han cumplido ya su cuarentena. El presidente de Sudáfrica, que decretó el confinamiento en todo el país el 26 de marzo durante 21 días, se mostró convencido de que la única opción para frenar la curva es el confinamiento. Y su vecina Zimbabue tomó nota; la administración de Emmerson Mnangagwa ha impuesto un «lockdown» nacional a partir de hoy. Con un sistema de salud muy frágil y con sus médicos y enfermeras en huelga por la falta de medios, si el Covid-19 estalla en el país del sur de África será una catástrofe.

Bloquear una ciudad como Lagos, con más 20 millones de habitantes, o un país como Sudáfrica, no es una decisión fácil de tomar, pero la experiencia de otras urbes, como Wuhan, y otros países ha dejado patente que quedarse en casa es la única manera de combatir la epidemia.