El club blanco lleva una política radicalmente distinta; no hará dispendios y aprovechará la inversión a largo plazo realizada con jóvenes talentos. Fede Valverde y Vinicius han evitado fuertes gastos de jugadores, porque el club los tenía en casa
(ABC) El Real Madrid y el Barcelona son el sol y la luna, dos polos opuestos, incomparables en su gestión. Si uno hace una cosa, el otro hace la contraria, y no funcionan así porque quieran ser diferentes, sino porque la realidad lo demuestra con hechos. Sus formas de actuación no coinciden. Y los polos opuestos no se tocan, no es cierto, son diametralmente distintos.
El club blanco puede hacer algún trueque de jugadores y su mayor ocupación es colocar a buena parte de sus 38 futbolistas en nómina; para dar sitio a Odegaard y Achraf necesita dos bajas como mínimo. Lunin será el segundo guardameta, en lugar de Areola, que volverá al PSG
El club madrileño no hará una inversión importante en fichajes. Desde hace seis años su filosofía es realizar contrataciones de los jóvenes talentos del futuro para pagar precios asequibles y no tirar el dinero, una política que la gran crisis provocada por la pandemia ha consolidado con el realismo de unas cuentas que son negativas en todos los equipos y especialmente en los grandes, que tienen diversificado el negocio con la mercadotecnia y las apuestas comerciales paralelas al propio fútbol. Este cierre total de las ventas durante tres meses ha generado una ausencia de ingresos del 25 por ciento en las grandes entidades, que no solo dependen de la televisión como ocurre en los modestos.
Valverde y Vinicius, los último ejemplos
Esa falta de ingresos extraordinarios persistirán mientras no hay púbico en las gradas. En este panorama, el Real Madrid hará valer su inversión propiamente futbolística llevada a cabo en el último lustro y sus «fichajes» para la próxima temporada ya están pagados. Se llaman Odegaard y Achraf. El guardameta Lunin será la tercera novedad de la nueva plantilla que se presentará en septiembre. El ucraniano vendrá este verano para curtirse como cancerbero de relevo de Courtois, pues Areola volverá al PSG.
La política del club blanco se centrará en transformar a Odegaard y Achraf en dos nuevos futbolistas titulares que rotarán con los centrocampistas y los laterales. El marroquí rinde tanto por la banda derecha como por la izquierda.
El noruego y el africano potenciarán una gestión que se ha demostrado válida con explosiones como las de Fede Valverde y con Vinicius, dos jóvenes que se han ganado el puesto y han ahorrado a la empresa grandes gastos en fichajes de jugadores hechos. Esa es la planificación del futuro. Formar futbolistas y hacerlos grandes desde dentro. «Estos jóvenes talentos solo necesitan un año para superar la presión que genera el Real Madrid», señalan los técnicos desde Valdebebas. Odegaard y Achraf son los elegidos.
Kubo, Reguilón y Ceballos, toca esperar
El Real Madrid puede hacer algún fichaje más en operaciones de trueque, pero no arriesgará el dinero. Camavinga sueña con venir. El club debe colocar a otros hombres actualmente en préstamo que también podrían entrar ahora en su plantilla, como Reguilón y Ceballos. Deberán esperar un año más, al igual que Kubo. Tiene 38 futbolistas en nómina y su principal objetivo será traspasar y ceder jugadores que no tienen cabida. En esta tesitura, la entidad piensa en sacar rédito de su inversión en los jóvenes.