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Jue, Abr

LEVANTE 0 - 2 ATLÉTICO DE MADRID

Deportes
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El Atlético se alivia a tiempo

COPA DEL REY / OCTAVOS DE FINAL

(La entrada de Correa tras el descanso corrige otro partido atolondrado de los colchoneros, que escalan hasta cuartos

(ABC).- Un rato tras el descanso, agitado por la irrupción refrescante de Correa, metió al Atlético en los cuartos de final y le arregló una primera mitad para el olvido y otro día discreto. No se encuentra aún el equipo, ni de lejos, pero las cuentas coperas le salen. No es poco para su pálido estado.

 

Ni cuando gana. No hay por dónde ver fútbol cuando juega el Atlético. Si acaso en el rival. O en algún toque de primera de Griezmann insinuando el jugador que fue, el que marcaba diferencias en los asuntos de ataque. Lo demás es otra cosa, un juego en el que el balón es un estorbo, un problema, una víctima. Un trayecto atrancado y descosido, lleno de interrupciones y contratiempos, sin más continuidad en los pases que los vacíos que se dan en la línea de atrás. Las jugadas no duran; se complican enseguida o se rompen. Un asco.

 

 

El adversario, aunque sea menos y no pueda esconder sus limitaciones, siempre parece más. Aunque juegue en Segunda, posiblemente por poco tiempo. El Levante al menos daba la sensación de tener un plan, un proyecto de buen gusto con olor a Felipe Miñambres, el director deportivo, y a Javi Calleja, el entrenador. Eran 17 partidos sin perder los que sumaban juntos al asaltar estos octavos de Copa. Ayer se frenó la racha.

 

LEVANTE 0 - 2 AT. MADRID

COPA DEL REY, OCTAVOS DE FINAL

 

Levante: Femenías; Son, Róber Pier, Muñoz, Saracchi; Pablo Martínez (García, m.86), Pepelu; De Frutos (Campaña, m.58), Montiel (Soldado, m.71), Musonda (Cantero, m.58); y Bouldini (Wesley, m.71).

At. Madrid: Oblak; Nahuel, Savic, Hermoso, Reinildo; Llorente, De Paul (Koke, m.79), Kondogbia, Barrios (Correa, m.46); Griezmann y Morata (Saúl, m.64)

Goles: 0-1, m.54: Morata. 0-2, m.91: Llorente.

Árbitro: Figueroa Vázquez. Amarilla a Muñoz, Campaña

En el primer tiempo fue el Levante el que reunió más méritos para ponerse por delante. La velocidad de De Frutos por la derecha, la habilidad de Joni Montiel entre líneas, la enormidad de Bouldini arriba... complicaron al Atlético, que lo pasa mal da igual quién esté enfrente. De hecho, el local anotó un gol, aunque el árbitro interpretó que el corpulento marroquí le ganó el salto a Oblak en falta. De Paul, de vuelta a la alineación tras sus publicitadas fiestas que tanto indignan a la hinchada colchonera, no arregló el mal crónico del equipo, su insultante mediocridad. Hasta el descanso.

 

Simeone hizo pagar la horrorosa primera mitad al más pequeño. Entró Correa por Barrios como promesa aparente de más ataque, más ganas de ganar. En realidad era más de lo mismo (Griezmann más centrocampistas que delantero), pero el Atlético sí se acercó posicionalmente más al área enemiga y sus combinaciones duraban más sin estropearse. Y el Levante se achicó.

 

Correa sí le dio otro aire al equipo. Sus maniobras le dolieron al Levante y animaron a alguno de sus compañeros. A Llorente, sobre todo, que está recuperando piernas y profundidad. Fue un entendimiento entre ambos el que arregló el 0-1, resuelto por Morata. A placer.

 

Diez buenos minutos y a guardarse, lo que nunca falla en esa casa. Simeone quitó enseguida al goleador y dio entrada a Saúl. Vuelta al traje inicial. Una invitación al Levante a levantarse (aceptada: Calleja refrescó su frente de ataque con dos delanteros puros: Wesley y Soldado). El gusto cholista por sufrir.

 

Y de ahí al final, pérdidas de tiempo, amagos de oficio con la pelota, los sustos inevitables de Kondogbia en su empeño por dispararse en el pie, contragolpes, iluminaciones de Correa, centros del Levante sobre el área como recurso desesperado y el gol calmante de Llorente... Un recuerdo postrero de fútbol, alborotado, pero con el encanto de la incertidumbre y la pasión. Y el Atlético se elevó a cuartos.