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Vie, Abr

Cuando se pierde la capacidad de asombro, ante el dolor, de quienes lloran a sus muertos en Acapulco

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Acapulco Gro., 21 de febrero del 2018.-  En Acapulco, ya nadie siente nada por los hechos de violencia que se han convertido en el pan nuestro de cada día. Se ha perdido la capacidad de asombro ante el dolor de quienes lloran a sus muertos.

Teniendo como testigo la bahía más hermosa del mundo, “Santa Lucía”, un grupo de al menos cien personan acompañan a una mujer que no deja de llorar y no es para menos, ha perdido al fruto de su vientre, su hijo Isefrán Valdés de apenas 20 años, quién fue encontrado asesinado en el interior de un hotel el domingo pasado, en este destino de playa.

En medio del dolor, los acompañantes vestidos de blanco pedían justicia y castigo para los responsables de este homicidio. Salieron a las calles para gritar al cielo, piedad por tanta mortandad de gente sin que exista poder humano capaz de detenerla.

El grito desgarrador de la madre del muchacho, que al parecer era homosexual, por lo que hicieron un llamado a la fiscalía, para detener el asesinato por homofobia en este municipio. En el acompañamiento, participaron representantes de grupo vulnerables tras señalar que en Acapulco la ola de violencia no cesa.

Termina la manifestación y la madre no suelta la fotografía del hijo que le fue arrebatado. El llanto parece no estremecer a nadie, ni a las autoridades responsables de grantizar la prevención de los delitos como de aquellas que deberían combatirla.