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Vie, Abr

La muerte no “pide” uniforme: el ejercicio del periodismo en México

Opinión
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Por: Bruno Cárcamo/   En los Estados Unidos Mexicanos, la profesión de periodista es una de alto riesgo. De acuerdo a la organización Article 19, desde el año 2000 hasta julio del 2018, habían perdido la vida 118 compañeros, 45 de ellos, casi el 40%, durante esta administración  https://articulo19.org/periodistasasesinados/

 Tristemente se debe sumar uno más, ahora en el estado de Quintana Roo. El artículo 19 de La Declaración Universal de los Derechos Humanos , enuncia que “Toda persona tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión”. La Constitución de los Estados Unidos Mexicanos enuncia en su Artículo 6 “El derecho a la información será garantizado por el Estado”. La Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, define en su Artículo 2o que se considera periodistas a “Las personas físicas, así como medios de comunicación y difusión públicos, comunitarios, privados, independientes, universitarios, experimentales o de cualquier otra índole cuyo trabajo consiste en recabar, generar, procesar, editar, comentar, opinar, difundir, publicar o proveer información, a través de cualquier medio de difusión y comunicación que puede ser impreso, radioeléctrico, digital o imagen.” La Fiscalía del estado de Quintana Roo, emitió un escueto comunicado de menos de 200 palabras donde descarta que el asesinato de un compañero camarógrafo en la ciudad de Cancún, esté relacionado con un atentado a la libertad de expresión ya que no portaba uniforme.

“De manera preliminar se tiene conocimiento que, el camarógrafo se encontraba fuera de su horario de labores y sin uniforme, por lo que, por el momento se descarta que su fallecimiento sea un ataque directo a la libertad de expresión.” (Comunicado 17/2018 Fiscalía General del estado de Quintana Roo)

Un compañero más del gremio que pierde la vida por el hecho de ser quién uno es, por la convicción de trabajar y ejercer la profesión de periodista. Eso, en cualquier parte del mundo, es un ataque a la libertad de expresión. Sin más. Una persona “cuyo trabajo consiste en recabar, generar, procesar, editar, comentar, opinar, difundir, publicar o proveer información” fue asesinada, su voz, imagen, silenciada. Eso, en cualquier parte del mundo, es un ataque a la libertad de expresión. Hay que repetirlo hasta el cansancio, hasta que se cumpla con el Artículo 6o constitucional.

El “Informe conjunto del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión y el Relator Especial para la libertad de expresión de la CIDH sobre su misión a México” (http://hchr.org.mx/images//doc_pub/20180618_CIDH-UN-FINAL-MX_reportSPA.pdf ), publicado en junio del 2018, afirma que el “ataque expansivo contra los periodistas y el periodismo representa hoy la amenaza más directa y significativa a la libertad de expresión en México.” Y enuncia categórico que “La impunidad por los asesinatos y otros ataques contra periodistas ha sido documentada por instituciones gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil, y estos datos sugieren que al menos el 99,6% de estos delitos aún no han sido esclarecidos. Es inadmisible que el Gobierno mexicano siga sin investigar exhaustivamente estos delitos y juzgar a los responsables.”

La Ley no exige uniforme. La debida procuración de justicia e investigación, no requieren de uniforme. Es más, la Ley vigente que define quién es un periodista, no tiene mención alguna de un “uniforme”. Menos aún de un horario específico como requisito o característica. Ley que además la Unidad Estatal de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de Quintana Roo , enmarca para su funcionamiento ( https://qroo.gob.mx/segob/uep).

Bajo la situación tan grave para el ejercicio del periodismo y la libertad de expresión , es inadmisible la declaración a priori de este y cualquier crimen contra un periodista o persona, quién de acuerdo a la Ley, su “trabajo consiste en recabar, generar, procesar, editar, comentar, opinar, difundir, publicar o proveer información”, no sea un atentado a la libertad de expresión.

La Comisión de Derechos Humanos del estado de Quintana Roo, hizo un pronunciamiento declarando “inaceptable que por tercera vez en este año se tenga una pérdida de este tipo”, exigiendo además “se esclarezcan cada uno de los homicidios de los compañeros de los medios de comunicación”.

Ante los ojos mudos y la nula voluntad de quiénes deben investigar y procurar la justicia, nos toca -nuevamente- a los medios, comunicólogos, periodistas, ALZAR LA VOZ, GRITAR NUESTRO REPUDIO Y EXIGIR A LA FISCALIA DEL ESTADO DE QUINTANA ROO Y AL ESTADO MEXICANO, EL CUMPLIMIENTO DEL ARTICULO 6o CONSTITUCIONAL.

La muerte no “pide” uniforme.