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Vie, Abr

La «Primavera Árabe tardía» en Irak deja ya al menos 27 muertos

Policía
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Pese al toque de queda, la población de Bagdad protesta por el desempleo y la falta de servicios

(ABC) Las protestas que empezaron el martes en Bagdad se han extendido a otras ciudades de Irak y ya son al menos 27 los muertos y más de mil los heridos. La capital vive bajo un toque de queda indefinido, las autoridades han desplegado a las unidades antiterroristas de élite y se ha restringido el acceso a Internet para evitar que las redes sociales se conviertan en plataforma para dinamizar movilizaciones. Cientos de manifestantes desafiaron el toque de queda y volvieron a salir a las calles de Bagdad, donde se enfrentaron al fuego real empleado por las fuerzas de seguridad para tratar de sofocar unas protestas protagonizadas principalmente por gente joven hastiada por la corrupción y el desempleo.

El tono de las peticiones ha ido creciendo cada día y en Irak ya se pueden escuchar los gritos que piden «la caída del régimen» que sacudieron esta región en 2011 durante la llamada Primavera Árabe.

El final de la guerra contra el grupo yihadista Daesh y la llegada al poder hace un año del primer ministro Adel Abdul Mahdi abrieron una puerta a la esperanza en un país que arrastra décadas de conflictos, pero pasan los meses y las cosas no cambian. La seguridad ha mejorado, pero el desempleo y los servicios mínimos, como la electricidad, siguen siendo cuestiones que el nuevo Gobierno no puede resolver pese a que la producción y el precio del petróleo están a niveles históricos.

Los jóvenes han explotado. «Ni políticos, ni religiosos», es uno de los eslóganes que se escuchan en Bagdad, pero también en Nasiriya o Basora, ciudades del sur de mayoría chií donde las protestas no cesan. En estos primeros días se trata de una movilización espontánea y sin líderes, con lo que los manifestantes tratan de desmarcarse de las mil facciones que dividen a Irak y que han protagonizado el terrible conflicto sectario de los últimos 16 años.

Abdul Mahdi ha movido ficha con promesas como la inclusión de una cuota obligatoria de un 50 por ciento de empleados locales a las empresas extranjeras que trabajan en el sector del petróleo. Es la única medida concreta que se ha hecho pública hasta ahora, ya que el resto son vaguedades sobre las mejoras en los servicios de electricidad o salud, lo mismo que repite cada gobierno desde la caída de Sadam Husein, pero que ninguno ha cumplido. Irak tiene las cuartas mayores reservas de petróleo del mundo, pero el 22,5 por ciento de su población viven con menos de dos dólares al día, según datos del Banco Mundial.

La creciente inestabilidad llevó a Irán a cerrar uno de los principales pasos fronterizos. Los peregrinos que quieran viajar a las ciudades santas de Nayaf o Karbala no podrán cruzar por el paso de Josraví. Un inconveniente importante en este mes en el que cientos de miles de chiíes viajarán a Irak durante la festividad del Arbain, que se celebra 40 días después del aniversario del martirio del tercer imán chií, Husein, nieto del profeta Mahoma.

Por su parte, la Unión Europea ha pedido a las fuerzas de seguridad iraníes «máxima contención» tras la escalada de violencia en el marco de las protestas contra el Gobierno. El Ejecutivo comunitario también pidió que las manifestaciones sean pacíficas.