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Vie, Abr

Al menos 25 muertos y decenas de heridos tras un atentado contra un templo sij en Kabul

Policía
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Más de cuatro décadas de conflicto han obligado a miembros de esa minoría a buscar refugio en la India

(ABC) El terror golpeó de nuevo Kabul y se cebó con la minoría Sij de la capital afgana. Al menos 25 personas perdieron la vida y decenas resultaron heridas, según las primeras estimaciones, tras una operación yihadista reivindicada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) contra el único templo Sij de la ciudad. «Cuatro hombres armados», confirmó el Ministerio del Interior, entraron en el Dharamshala en el momento en el que estaba a punto de comenzar una de las oraciones del día, abrieron fuego de forma indiscriminada contra civiles desarmados, la mayoría mujeres y niños, y se atrincheraron para comenzar una batalla de más de seis horas contra las fuerzas de seguridad, que acordonaron la zona de inmediato.

Los talibanes enviaron un mensaje a través de las redes sociales para negar cualquier implicación y las miradas apuntaron de inmediato al EI, que a comienzos de mes realizó un atentado con una estrategia similar en Kabul en el que mató al menos 32 personas de la minoría hazara, a la que consideran «hereje» por seguir la rama chií del Islam. Dos yihadistas atacaron una ceremonia desde un edificio cercano y las fuerzas de seguridad necesitaron varias horas para reducirlos.

En el pasado había cientos de miles de sijs e hindúes en el país, pero los años de guerra y la creciente presión de los sectores islamistas más radicales contra las minorías han reducido su presencia a menos de 300 familias, que son las que hoy se concentran en Kabul y Jalalabad. En 2018, esta comunidad sufrió otro ataque directo del EI en la provincia de Nangarhar y murieron 17 personas, entre ellas un candidato al parlamento.

Fracaso de Pompeo

Esta nueva jornada de terror se produjo 48 horas después del viaje sorpresa de Mike Pompeo. El secretario de Estados estadounidense fracasó en su intento de lograr un acuerdo de gobierno de unidad entre Ashraf Ghani y Abdula Abdula y castigó Afganistán con la retirada de 1.000 millones de dólares en ayuda humanitaria. Poco después viajó a Qatar para reunirse con el jefe adjunto de la oficina política de los talibanes, mulá Abdul Ghani Baradar y declaró que «no ha habido ataques contra las fuerzas estadounidenses desde el acuerdo de paz» y aseguró que «la reducción de la violencia es real». Los ataques contra las tropas extranjeras han terminado tras la firma del acuerdo de Doha el 29 de febrero entre talibanes y Washington, pero la paz está muy lejos de llegar al país.