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Vie, Abr

El coronavirus puede contagiarse de un gato a otro, pero no entre perros

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El estudio se hizo en laboratorio, por lo que no se comprobó si los felinos pueden infectar con el COVID-19 a sus dueños

El coronavirus importado desde China es un nuevo tipo de infección contra la que el ser humano está luchando desde cero: desde que se descubriera a finales del pasado año y en pocos meses se haya propagado por todo el mundo, convirtiéndose en una pandemia, muchos estudios han intentado dar respuestas a preguntas sobre su propagación, cómo se desarrolla o cómo se cura. Ahora un nuevo estudio llega para arrojar algo de luz sobre cómo el COVID-19 puede afectar a los animales, sobre todo a los que conviven con nosotros. ¿Es el SARS-CoV-2 una amenaza también para nuestras mascotas? ¿Y pueden ser un vector de transmisión?

Según el estudio, en el que ha participado el prestigioso virólogo de animales Chen Hualan, del Harbin Veterinary Research Institute (China), los gatos pueden estar infectados con el coronavirus causado por el COVID-19 e incluso transmitirselo los unos a los otros; sin embargo, no ocurre lo mismo en el caso de los perros. Así lo señala en su investigación, que se ha hecho pública en la web Biorxiv.org, un sitio de preimpresión (es decir, el documento aún no ha sido revisado por otros expertos). En el documento, los investigadores chinos explican que es poco probable que afecte a otros animales como pollos, cerdos o patos.

Los resultados se basan en experimentos de laboratorio en los que deliberadamente se inoculó a un pequeño número de animales una gran carga vírica del SARS-CoV-2, por lo que no representan un entorno real en el que los dueños de las mascotas interactúan con sus animales, explica a Nature la bióloga Linda Saif, de la Universidad Estatal de Wooster (Ohio). «No hay evidencia directa de que los gatos infectados secreten suficiente coronavirus para transmitirlo a las personas», recalca. Es decir, el estudio no puede probar si las mascotas pueden infectar a sus dueños.

Casos aislados de contagio humano-animal

La preocupación sobre cómo afecta esta pandemia de coronavirus a las mascotas y de si pueden ser vector de transmisión de la enfermedad ha sido uno de los temas debatidos por los expertos. De hecho, hay algunos estudios donde se han detectado animales infectados con virus similares al COVID-19, como la investigación en la que se hallaron pangolines con coronavirus procedentes del mercado negro de China. O los casos aislados de un gato doméstico en Bruselas que dio positivo en SARS-CoV-2; y dos perros en Hong Kong; sin embargo, en todos los casos se sospechó que la transmisión había sido de humano a animal. «Los gatos y los perros están en contacto cercano con los humanos y, por lo tanto, es importante comprender su susceptibilidad al SARS-CoV-2 para el control de COVID-19», escriben los autores de este estudio, que sería el primero en su especie.

El equipo, dirigido por el virólogo Bu Zhigao, introdujo muestras del virus SARS-CoV-2 por la nariz de cinco gatos domésticos. Cuando dos de los animales fueron sacrificados seis días después, los investigadores encontraron ARN viral, así como partículas del coronavirus en sus vías respiratorias superiores.

Los otros tres gatos que participaron en el experimento fueron puestos en jaulas junto a felinos no infectados. Posteriormente, el equipo detectó ARN viral en uno de estos gatos expuestos, lo que sugiere que pudo contraer el virus de las gotas expulsadas por los animales enfermos. Los cuatro gatos infectados (tres a propósito, uno por contagio) también produjeron anticuerpos contra el SARS-CoV-2. «La vigilancia del SARS-CoV-2 en gatos debe considerarse como parte de los esfuerzos para eliminar COVID-19 en humanos», afirman los investigadores en el estudio.

Gatos asintomáticos

Sin embargo, ninguno de los felinos con coronavirus mostró síntomas. Y el hecho de que solo uno se contagiara por contacto con otros gatos infectados «sugiere que el virus puede no ser altamente transmisible en los gatos», afirma Saif. Además, el modo en el que pasó de uno a otro gato no está claro, ya que el estudio no describe cómo se instalaron las jaulas, por lo que los animales no infectados podrían haber contraído el COVID-19 de las heces u orina contaminadas. «Se necesitan más pruebas», concluye.

Según aclara Dirk Pfeiffer para la misma publicación, aunque las mascotas y, en concreto, los gatos, deberían tenerse en cuenta a la hora de erradicar el virus, de momento no parecen claves para la propagación de la enfermedad. «El enfoque en el control de COVID-19 indudablemente debe continuar en la línea de reducir el riesgo de transmisión de persona a persona». Además, sigue sin haber pruebas de que estos animales hayan podido contagiar a personas.

Hurones y perros

En el estudio también se indica que los hurones también pueden padecer el coronavirus, lo que según los investigadores les convierte en una ventaja a la hora de diseñar vacunas y medicamentos: los hurones ya se utilizan en pruebas de fármacos contra la gripe y algunos laboratorios ya los están usando en la investigación del COVID-19.

Los perros, sin embargo, fueron menos susceptibles a contraer la enfermedad. Los investigadores inocularon a cinco perros jóvenes con SARS-CoV-2 y descubrieron que dos excretaban ARN viral en sus heces, pero ninguno contenía virus infecciosos. De igual manera ocurrió tras infectar deliberadamente a cerdos, pollos y patos, aunque en este caso no hallaron ARN viral.

¿Qué control debe haber en casa?

Aún no está totalmente claro el papel que las mascotas juegan en la transmisión del coronavirus, si bien estudios como este señalan que probablemente no sean el foco más importante. De momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha querido llamar a la calma, si bien aconseja a los dueños de mascotas, infectados o no, que se laven las manos tras acariciar a los animales, sobre todo para protegerse de las bacterias que pueden transmitir, como la E. coli o la salmonela.

Desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. son más duros y recomiendan a las personas que han dado positivo en las pruebas de COVID-19 que limiten el contacto con sus mascotas. «Estas son las mismas precauciones que se recomendarían ante cualquier nueva enfermedad emergente de la que solo hay información limitada», afirma Saif. Es decir, los expertos aconsejan, de momento, tranquilidad y precaución.