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Vie, Abr

La violencia sigue en Colombia mientras Iván Duque anuncia una gran «conversación nacional»

Policía
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El presidente decretó el toque de queda en la capital ante el complicado ambiente en el que derivan las manifestaciones

Bogotá amaneció el sábado con guayabo, como llaman en Colombia a la resaca. La capital empezó lento el día, después de las seis de la mañana, cuando terminó el toque de queda decretado por el presidente Iván Duque la noche anterior, tras un viernes caótico y traumático, especialmente en las zonas más populares de la ciudad. En el resto del país también trataban de entender los sucesos de los últimos tres días que han estremecido a sus habitantes.

Duque avanzó que abrirá un diálogo nacional con los diferentes sectores políticos y sociales de Colombia. «A partir de la próxima semana daré inicio a una conversación nacional que fortalezca la agenda vigente de política social; trabajando así, de manera unida, en una visión de mediano y largo plazo, que nos permita cerrar las brechas sociales», aseguró en una alocución televisada al país.

El toque de queda se decretó a raíz de la ola de violencia y de saqueos en Bogotá, con grupos de encapuchados bloqueando las principales estaciones de transporte público y atacando con piedras y otros objetos a la Policía. Así mismo, los agentes dispersaron con gases lacrimógenos un cacerolazo en la céntrica plaza de Bolívar.

No obstante, el hecho más violento de estos días se produjo en el municipio de Santander de Quilichao, en el departamento del Cauca, donde un atentado con explosivos contra una comisaría acabó el viernes la vida de tres policías y causó siete heridos.

Los colombianos se debatían este sábado entre participar en «bailatones» cacerola en mano, organizados para continuar la protesta de modo alegre y pacífico, o bajar el ritmo a la calle y esperar respuestas concretas del Gobierno, cuestionados en las multitudinarias marchas. Muchos no están satisfechos con el llamamiento de Duque en la noche del viernes a una «conversación nacional» a partir del próximo miércoles, pues consideran que Gobierno y oposición buscan ignorar las reivindicaciones ciudadanas y dar largas a una crisis que no cesa.

Sin embargo, surge también la pregunta de si las organizaciones sociales alternativas y los colectivos que lideraron las marchas están preparados para sentarse a una mesa de negociación, que, aunque el presidente así no la haya denominado, será el plato fuerte de la próxima semana y los meses por venir.

Moderación del sindicato CGT

El dirigente de la Confederación General del Trabajo (CGT), Julio Roberto Gómez, aseguró que el propósito del principal sindicato colombiano no es derrocar al jefe del Estado ni acorralarlo: «El presidente Duque fue elegido democráticamente, no se le puede sacar en tan solo 15 meses de gobierno. Lo que sí es urgente es que convoque a un diálogo abierto, incluyente», dando así un respaldo a la institucionalidad y, de paso, descalificando las declaraciones del excandidato presidencial de la izquierda y hoy senador Gustavo Petro, quien llamó a profundizar el paro y mantenerlo indefinidamente. Gómez, además, recordó que el paro fue convocado por 24 horas y que no pretende desestabilizar al país.

Los partidos opositores no fueron claros en sumarse a la convocatoria de Duque y criticaron al mandatario por su reacción: «Rechazamos que el señor presidente se haya enfocado en estos hechos marginales, en vez de dar una respuesta concreta y clara a los reclamos ciudadanos. Su silencio ante las demandas del pueblo es la peor respuesta que se le puede dar a los colombianos».