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Vie, Abr

CHAMPIONS, CUARTOS... Benzema se venga del Chelsea con otro triplete

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El francés, dominador continental en otra gran noche del Madrid

 

(ABC).- Al Madrid se le resistía históricamente el Chelsea, y Benzema lo ha resuelto con otro hat-trick consecutivo, con ello toca a las puertas de todos los premios posibles y se eleva a figurón epocal del Madrid.

 

Volvía Ancelotti y con él la referencia temperamental de su ceja. El Madrid salía con medias azules y con Valverde. Ancelotti quería arreglar así, de una, todos los problemas de la banda derecha. Lo consiguió. Valverde partía en defensa de una posición de lateral supletorio, como si defendiera con cinco el Madrid, y sus pulmones, su correr de Pampa, le llevaban hasta el ataque. Por él llegó la primera ocasión, un larguero de Vinicius, que jugó este mismo partido el año pasado como lateral derecho (zidane suprema) y esta vez se convertía en gran elemento desequilibrante: se movía hacia dentro y al hacerlo sacaba a su central de cacho, en ese ir y venir, rapidísimo, empezaba a temblar el Chelsea.

 

'Vini' es un extremo caliente, y por eso hizo algo inaudito: animó al público madridista en la grada londinense. Quería samba, o incluso mambo. Es más Juanito que Robinho.

El único problema del Madrid estaba en las pérdidas defensivas, titubeos iniciales, sin duda por la presión del Chelsea. Militao se buscó así una amarilla que le impedirá jugar la vuelta.

 

Pero el Madrid resolvió esto y añadió otro elemento diferencial en la posición de Kroos. Kanté quería ser la sombra de Benzema cuando bajaba a la media, pero si hacía eso lo tenía difícil para marcar a Kroos en la salida del juego. Incluso para Kanté era demasiado. Los madridistas, con inteligencia, jugaron con esas distancias y con el medio francés, y Kroos pudo empezar el juego solo, sorprendentemente solo, como paridor, lanzador, incubadora de startups: la veteranía estructural para que apareciera la chispa de Vinicius. Así llegó el 0-1. Pase de Kroos, movimiento desarmante de Vinicius hacia dentro, no hacia fuera, y pared suya con Benzema, pareja constante en lo mejor del Madrid este año: Vinicius, Benzema y Vinicius de nuevo para el nueve, hecho un Cristiano, que así marcó de cabeza el primer gol.

 

Fue como cabeceador como decidió esta vez firmar otra noche memorable en el Madrid. A lo Santillana, pero Santillana desfalleciente, experto, con 'timing' brujo, marcó el segundo tras otra galopada de Valverde, que fue un gran creador de peligro, y pase sutil de Modric.

Este gol desinfló al Chelsea, que durante unos minutos se vio desnudo, redimensionado. No era fácil lo que estaba haciendo el Madrid. Al portero Mendy no le habían metido un gol europeo en Stamford Bridge.

 

Pero el Chelsea se recompuso afirmando su presión arriba y aunque el Madrid no tuvo grandes apuros, sí recibió un gol en un balón alto, cruzado, de los que tanto se le atraviesan. Havertz, burlando a Carvajal, remataba el 1-2 un poco antes del descanso. El Madrid no estaba mal y la muestra es que estuvo a punto de marcar el tercero con una gran ocasión de Benzema, tras otra combinación con Vinicius. Dos goles, un palo y una oportunidad clarísima. El Chelsea no había podido con ellos en el primer tiempo.

 

Del descanso volvió Tuchel con defensa de cuatro pero antes de que pudieran formar, Benzema presionó un balón lejanísimo, con fe pluscuam raulista, y embrujando a Mendy como hizo con Karius, marcó el tercero.

 

El Madrid ya estaba crecido, en su temperatura legendaria. Sus viejos organismos se activan con la Champions. Carvajal iba al balón como el miliciano de la foto pero con las manos atadas, y Courtois abortaba lo mejor del Chelsea con su elástico gaullismo (que tanto orden procura). Quedaba por abrir el corredor de la contra definitiva, el pase puntilla, la asistencia santiaguina que en homenaje a tanto camarero español cerrara la eliminatoria. Sin embargo, pasaron muchos minutos sin volver a atacar.

 

Cambió el Chelsea, combativo Tuchel, fijando su ataque con Lukaku y eso coincidió con la lesión de Militao. En el 68 ya tuvo el delantero una ocasión clara. El Chelsea era más previsible, pero también peligroso por primera vez y el Madrid volvió a saber sufrir. Casemiro se retrasó, se ocupó del poderoso nueve y el problema quedó abortado.

 

El Madrid era estrictamente defensivo, pero emocionante. Humilde y bravo. Valverde se acalambraba de pura ambición. Ancelotti ha encontrado por fin la solución para los grandes partidos.

En Stamford Bridge, con impotencia azul, oyeron por primera vez el ‘Así gana el Madrid’. Ya está el Chelsea en el zurrón de la historia.