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Vie, Abr

LIVERPOOL 2 - REAL MADRID 5

Deportes
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Real Madrid Club de Remontadas / CHAMPIONS LEAGUE

Los blancos levantan un 2-0 con una histórica exhibición en Anfield que deja la eliminatoria casi sentenciada

Recital de Vini, dos goles y asistencia. La entrada de Nacho, por el lesionado Alaba, frenó a Salah, hasta entonces una pesadilla para el austríaco

(ABC).- En la década de los cuarenta, Rodgers y Hammerstein, dos de los autores de canciones para musicales más populares de la época, compusieron una melodiosa canción para 'Carousel', una historia de amor entre un trabajador de un tiovivo y una molinera que fue un exitazo en Broadway. Con esa semilla, suena paradójico que 'You'll never walk alone' echara raíces en un deporte como el fútbol, donde la educación, la sutileza y el nivel intelectual de los aficionados no es que sea su mayor virtud, pero así fue.

LIVERPOOL 2-5 REAL MADRID

OCTAVOS DE FINAL (IDA) DE LA CHAMPIONS LEAGUE

Liverpool Alisson; Alexander-Arnold, Van Dijk, Joe Gomez (Matip, min.73), Robertson; Henderson (Milner, min.73), Fabinho, Bajcetic (Elliot, min.85); Salah, Gakpo (Firmino, min.64) y Núñez (Jota, min.64).

Real Madrid Courtois; Carvajal, Militao, Rüdiger, Alaba (Nacho, min.27); Camavinga, Modric (Kroos, min.87), Valverde; Rodrygo (Ceballos, min.81), Benzema (Asensio, min.87) y Vinicius.

Goles 1-0, minuto 4. Darwin Núñez. 2-0, minuto 14. Salah. 2-1, minuto 21. Vinicius. 2-2, minuto 36. Vinicius. 2-3, minuto 47. Militao. 2-4, minuto 55. Benzema. 2-5, minuto 67. Benzema.

Árbitro Istvan Kovacs (RUM). Amonestó a Elliot (min.93) por parte del Liverpool, y a Vinicius (min.60), en el Real Madrid.

Veinte años después de su creación, y a pesar de que Frank Sinatra ya había hecho su propia versión, 'You'll never walk alone' irrumpió como un vendaval en Anfield, gracias a la interpretación de Gerry and the Pacemakers, un grupo británico de rock and roll que se puso de moda en la década de los sesenta. Desde entonces, se convirtió en un himno para el Liverpool y sus aficionados, pero no exento de debate.

El Celtic de Glasgow también lleva sesenta años inspirándose en este popular tema, con una liturgia similar a la del Liverpool. Un poco antes de que los jugadores salgan al terreno de juego, el estadio entero canta a coro y a capela 'You'll never walk alone' como acicate para su propio equipo y efecto intimidatorio para el rival. En septiembre, el Madrid visitó Celtic Park en la primera jornada de la fase de grupos. Esta vez tocó Anfield. Es imposible saber quién tiene el copyright, porque ambos cuentan versiones claramente sesgadas, y muy complicado decantarse por cuál de los dos estadios pone más el vello de punta, pero si esto se tratara de Eurovisión y yo fuera el encargado de votar, le daría los 10 puntos a Anfield y los 12 a Celtic Park. Suena impopular. Lo sé. Abro paraguas.

1.600 madridistas felices

Donde no hay debate, es en el respeto que tiene el Liverpool por su afición y por la contraria, un patrón habitual en Inglaterra y, desgraciadamente, olvidado en la gran mayoría de países, como España. Aquí se mima y se venera a los fans, corazón y alma de los clubes, y no se encierra a los hinchas rivales. Quizás para algunos es una tontería, o no, pero el hecho de ubicar en la parte baja de la grada, en la zona de uno de los córners, bien cerca del verde, a la afición del equipo que visita tu estadio es una señal de respeto propio y ajeno. Cómo lo gozaron los 1.600 madridistas que estuvieron en Anfield. 3.000 en total en Liverpool. El madridismo viaja también sin entradas.

El modus operandi de Klopp prepartido es atípico. Como él. Romper las reglas forma parte de su carisma. Visiona el calentamiento sobre el verde, actividad extinguida en su gremio, pero dedica más tiempo al del rival que al de su equipo. Luego, cuando sus jugadores inician la carrera final hacia la bocana, él arranca el primero, se da unos cuantos golpes en el pecho y para adentro. Le gusta ir tanto a contracorriente que celebra un saque de banda o una recuperación más que un gol. También aplaude cuando Alisson la lía y le regala el 2-2 a Vinicius. Justo lo mismo que hizo Ancelotti minutos antes con la rodilla en falso de Courtois. ¡Ay!

Anfield se frotaba los ojos con el 2-0 a los quince minutos y a Vinicius no le subía el pulso de cuarenta. ¡Balones a mí!, reclamaba con ahínco. Y recital, que antes había dado Salah. El egipcio destrozó a Alaba en los veintisiete minutos de duelo. Pero en Champions, hasta en una lesión muscular la moneda le sale cara al Madrid. La primera vez que Mo se vio con Nacho, el sustituto del austríaco, robo del segundo capitán e inicio de la jugada del 2-2. Eso ya era 11 contra 11.

Pitó Kovacs, tras tres minutos de añadido en los que la uña de Robertson evitó el tercero. Rodrygo se relamía de las ganas. Klopp preguntaba al cuarto cuánto había prolongado. Vio fantasmas del pasado. Lucas y Ceballos, sabedores que el equipo había salvado un match ball, otro más en Europa, saludaron uno a uno a sus compañeros camino de los vestuarios. Vini, el último, golpecito en el pecho con Chendo.

La premonición de Jurgen tardó tres minutos de la reanudación en cumplirse. Militao celebró con una albóndiga interruptus el sello de la remontada, que acabaría siendo una de las mayores exhibiciones de la historia de Anfield. Benzema había llegado tarde a la fiesta, pero lo hizo a tiempo para culminar la manita. Los 'guest star' son impredecibles. Gómez ayudó en el 3-4, con un rebote involuntario. Klopp le consoló cuando le mandó al banquillo en el 75. Defensa sin nivel para el Liverpool. El quinto, asistencia de Vini, poca broma su partido, hizo meter al alemán las manos en los bolsillos. Otra tortura vestida de blanco y morado. Y otros dos mitos de Anfield que se vienen abajo. Aquí, la gente abandona también el barco a partir del minuto 80. Y a las leyendas del equipo rival se les aplaude, solo tímidamente, tras ser cambiadas. El Madrid es el que nunca camina solo.